Uno de los mayores retos para los departamentos de IT es unificar, simplificar y hacer compatibles las distintas tecnologías, plataformas y fuentes de datos para ponerlas al servicio del negocio. En la última década, se han multiplicado las soluciones disponibles y, por ello, cada día es más complejo alcanzar ese objetivo.
En la era de la transformación digital, esto se ha convertido en una prioridad. El mercado exige cada día más agilidad para adaptarse a los cambios, lo que incluye rapidez y precisión en el análisis de la información, la toma de decisiones y la operativa diaria.
En ese escenario resulta clave la hiperconvergencia, un modelo unificado que integra tecnologías de computación, red, virtualización y almacenamiento. Frente a la perspectiva anterior -en la que procesadores, memorias, almacenamiento y comunicaciones se separaban en silos-, la hiperconvergencia reúne todo en un mismo lugar. Además, lo virtualiza, facilitando y ampliando su acceso. En cierto modo, se prioriza el software para agilizar y facilitar el uso de herramientas y datos.
La lista de ventajas que ofrece la hiperconvergencia es larga:
- Rapidez: la instalación es mucho más sencilla que antes y solo requiere unas horas.
- Simplicidad: la virtualización no sólo de procesos, sino de sistemas de almacenamiento y conectividad, elimina la barrera del analfabetismo digital.
- Agilidad: el software controla todos los elementos como un solo sistema agilizando la gestión.
- Escalabilidad: los sistemas se amplían de forma lineal a través de módulos, lo que permite un crecimiento medible y escalable en función de las necesidades.
- Nube: facilita la adopción de tecnologías cloud para mejorar de la productividad y accesibilidad.
- Costes: se produce un ahorro como consecuencia de las ventajas anteriores.
Se entiende, por tanto, que la hiperconvergencia esté despertando enormes expectativas de cara a la transformación digital. Esto cobra especial importancia de cara a aumentar la productividad, alcanzar nuevas ventajas competitivas y mejorar la experiencia del cliente, entre otros objetivos.
Según la Corporación Internacional de Datos (IDC por sus siglas en inglés), los sistemas hiperconvergentes generaron 373 millones de dólares en 2014, un 162% más que en 2013. Para 2016, se espera que alcancen los 1.500 millones de dólares. Por su parte, la consultora KPMG destaca la transformación digital como la principal prioridad de la agenda del directivo para 2016, por delante de la regulación, el crecimiento, la innovación y la ciberseguridad.
El resultado de avanzar hacia la transformación digital de la mano de sistemas hiperconvergentes es un modelo de empresa conectado y sincronizado –máquinas, software, datos y personas- en tiempo real. Esto mejorará la asimilación, integración y puesta en marcha de procesos de negocio. Además, abrirá la puerta a una adaptación más ágil y rápida a las exigencias de un mercado en continuo cambio. El resultado final será un enriquecimiento sustancial de la experiencia de cliente que es, al fin y al cabo, el objetivo de cualquier empresa.
