Cuatro de cada diez CEOs españoles (el año pasado eran 2,6 de cada diez) están directamente implicados en que en su empresa haya mayor presencia femenina. Sin embargo siguen faltando medidas de conciliación mas efectivas.

.@ESADE explica el papel de las redes informales para llegar a puestos de responsabilidad en la empresa Clic para tuitear

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http://www.esade.edu/web/engEn opinión de las mujeres encuestadas, los hombres tienen mas dificultades (18%) o las mismas dificultades que una mujer (45%) cuando plantean en su empresa que quieren conciliar.

Sólo el 10% de empresas españolas tiene equilibrio de género en su Comité de Dirección. En el 14% no hay una sola mujer y en el 71% restante sí hay mujeres pero menos de las necesarias para que supongan una fuerza de cambio.

El 66% de las directivas opina que el apoyo de las redes informales —compañeros, jefes, otros profesionales…— es esencial para llegar a puestos de responsabilidad en la empresa, pero sólo un 15% de ellas reconoce dedicarle el tiempo necesario.

Esta es una de las novedades que ha arrojado la segunda oleada del  Estudio ESADE Gender Monitor, un estudio sobre el equilibrio de género en la empresa, para el que se ha consultado a más de 500 directivas en relación a las políticas de igualdad de sus compañías y a los principales retos pendientes.

En este sentido, cabe destacar que la maternidad supone un obstáculo para el 24,5% de las directivas con hijos, un volumen que se reduce a la mitad entre las profesionales que no los tienen. El colectivo que más preocupación muestra por no dedicarle el tiempo que desearía a estas redes es el de las mujeres que no viven en pareja.

Difícil promoción y falta de tiempo para dedicar a las redes informales

Las profesionales que estudia ‘ESADE Gender Monitor’, mujeres directivas con alto potencial en su carrera, sigue viendo dificultades en su progreso en la empresa; más del 75% de las ellas afirma que, hoy por hoy, no existe paridad en el comité de dirección de sus compañías, y la mitad de ellas reconoce que la proporción es inferior al 15%.

Crece, en relación al año pasado la implicación de la Alta Dirección, pero se echan de menos planes mejor orquestados, especialmente en relación a paquetes de medidas para la conciliación de la vida familiar y privada con la profesional.

Si bien la conciliación sigue apareciendo en este estudio como la segunda barrera más habitual en las carreras de las mujeres, las compañías priorizan de momento la formación en conocimientos y habilidades (71,9% de las empresas de las consultadas) y el reclutamiento y selección de talento femenino (58,9%).

Las mujeres encuestadas consideran, en un 63%, que los hombres con responsabilidades que deciden conciliar encuentran las mismas o más dificultades que ellas.

Esta es una información interesante, porque rompe con la idea tradicional de que la conciliación sea un asunto de mujeres. La conciliación de la vida privada y familiar y el cuidado de la vida apunta, según los resultados de este informe, como una inquietud compartida entre mujeres y hombres que demandan soluciones creativas a las empresas.

En cuanto a tipología de estas redes, la mitad de las directivas consultadas se relaciona con personas ajenas a sus empresas, pero bien conectadas al mundo de los negocios, y con otras mujeres en posiciones similares. Dedican menos tiempo a los compañeros de trabajo y a los jefes o a las personas influyentes en la organización.

Sin duda, el camino a recorrer es todavía largo y la asignatura pendiente sigue siendo la primera línea: los consejos de administración y los comités de dirección. Cuando exista una masa crítica de mujeres en los puestos de poder co-definiendo junto a los hombres políticas a la medida de todos se podrá hablar de inclusión y no de integración. Hoy todavía las mujeres están integradas en estructuras que fueron definidas hace muchos años y por hombres” —comenta Patricia Cauqui, responsable profesora de ESADE Business School y responsable de ESADE Gender Monitor—. “Estamos muy lejos, por tanto, de la directiva comunitaria que pide para 2020, el 40% del género menos representado en todos los órganos de decisión”.