¿Cómo será la tienda del futuro?

El eCommerce está revolucionando la forma de consumir y, aunque el retail ha tardado más que otros sectores en sucumbir a su influencia, cada vez más consumidores llenan la cesta de la compra por Internet. En este contexto, la tienda física debe redefinir su papel para seguir siendo útil y para satisfacer a un cliente cada vez más exigente.

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En menos tiempo del que imaginamos ya no iremos a las tiendas a comprar, sino a vivir una experiencia. O al menos así lo aseguran los expertos.

Literalmente, lo pasaremos bien en las superficies de compra. En las de moda no haremos cola para probarnos la ropa, y tampoco para pagar. Pagaremos tan solo acercando nuestro móvil a la etiqueta del producto.

En realidad iremos al supermercado para ver y probar, o incluso para participar en talleres de cocina, aunque luego la compra la hagamos por Internet.

Como resume Manuel Romero, director ejecutivo de la consultora Everis y experto en distribución, “todo girará en torno a la experiencia de compra, las marcas y cadenas tratarán de atraer a los consumidores con el reclamo del ocio. Ya no buscarán que compres, sino que quieras quedarte dentro de sus espacios”.

Aunque imaginemos este escenario muy lejano, lo cierto es que no habrá que esperar mucho para verlo: en tan solo unos meses los centros comerciales o grandes almacenes comenzarán a introducir cambios sustanciales, y para 2020 estos cambios deberían estar más que afianzados.

La omnicanalidad estará en su razón de ser, es decir, iniciar el proceso de compra en la superficie física y culminarlo online será algo totalmente cotidiano.

Más diversión en el canal físico

Los expertos coinciden, además, en que las superficies de venta física del futuro más próximo serán aún más tecnológicas e interactivas, más rápidas (no habrá que hacer cola ni para comprar ni para pagar) y divertidas.

¿Cómo será la tienda del futuro?Y es que, con la cantidad de opciones y facilidades que ofrecerá la compra online, las tiendas deberán ofrecer una experiencia divertida, diferente y de ocio al consumidor, para que le merezca la pena el desplazamiento.

El objetivo será no ya tanto que compre, sino que se quede el mayor tiempo posible dentro de la tienda.

Incluso la gamificación tendrá hueco en los supermercados del futuro, y los juegos ayudarán a las marcas a interactuar con el consumidor.

De hecho, algunas compañías ya cuentan con juegos para el móvil que permiten al cliente acumular puntos y así conseguir descuentos.

Los escaparates y los probadores virtuales también juegan en la liga de la diversión.

En el caso de estos probadores, ya operativos en algunas marcas de moda, identifican qué productos hay dentro del probador y te dicen si hay otras tallas o colores disponibles, e incluso sugieren prendas con las que combinarlo.

El magic mirror va un paso más allá y simula cómo te quedarían las prendas, e incluso hace fotografías para que las puedas compartir en las redes sociales y pedir opinión antes de tomar la decisión de compra.

Elementos comunes

Aunque las superficies serán diferentes en función de si venden ropa, comida o coches, todas tendrán una serie de elementos comunes.

Por ejemplo, los procesos de pago desasistido, en los que se pueda pagar con el Smartphone sin pasar por caja, serán una constante.

Según los expertos, ya hay aplicaciones para el móvil que te dan información sobre el producto cuando lo acercas al mismo y, si pagas a través del teléfono, incluso te permiten desactivar la alarma.

También habrá aplicaciones que personalizarán las ofertas en función del consumidor, por lo que la tienda del futuro implica también el final de las promociones en masa.

En eCommerce, los algoritmos predictivos de compra ya adivinan nuestros deseos antes incluso de hacer el esfuerzo de pensar qué vamos a querer adquirir.

¿Cómo lo hacen? De acuerdo a nuestro perfil sociodemográfico, pero también por nuestro histórico de compras propio, o al de perfiles de comportamiento similares al nuestro. El reto ahora es trasladarlo al espacio físico.

En los supermercados, las promociones “saltarán” a tu móvil dependiendo de en qué parte de la tienda estés, mediante modernos sistemas de geolocalización.

La consultora Nielsen ya trabaja, de hecho, con programas que permiten saber el itinerario que hace el cliente dentro de la tienda y le revela en qué zonas se ha detenido y qué baldas de productos ha mirado con más atención y cuáles le han pasado desapercibidas.

Además, será habitual que los supermercados incluyan espacios con actividades como talleres, cursos o catas y zonas de retiro, descanso o degustación.

Robotización

Entre los inventos que veremos pronto en los supermercados y que, de hecho, ya están en algunas cadenas de alimentación están los denominados chatbots.

Esta tecnología aplicada a la compra servirá, por ejemplo, para mostrar dónde está el producto que buscas dentro de los pasillos.

Yendo un paso más allá, los robots sociales permitirán captar, a través de sensores, las emociones y sensaciones del consumidor.

Los llamados pepper son otro tipo de máquinas robotizadas que se comunican con el consumidor y le dan información sobre el producto: por ejemplo si hay más tallas, si está disponible en tienda o, por el contrario, está agotado.

Carrefour, que es una de las cadenas pioneras en la aplicación de estos avances, cuenta ya con sus robots Nao y Pepper, con los que realizan actividades lúdicas con los clientes, como talleres divulgativos sobre hábitos saludables, nutrición o recetas de cocina.