¿Por qué es difícil que los unicornios sean rentables?

A todos nos deslumbran los éxitos fulgurantes, los que llevan a sus emprendedores de la nada al estrellato. Empresas que empezaron en un garaje y que ahora dominan el mercado. Como suele pasar, las historias que se conocen son las de éxito, pero hay muchas otras buenas ideas que, a pesar de tenerlo todo a su favor, no han conseguido ser rentables.

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El término unicornio hace referencia a aquellas firmas emergentes privadas que alcanzan un valor de mercado superior a los 1.000 millones de dólares.

La última recopilación de la consultora CBInsights distingue un total de 196 unicornios, que suman entre todos 679.000 millones de dólares.

¿Por qué es difícil que los unicornios sean rentables?El podio lo coronan dos empresas que son competencia directa la una de la otra, aunque en distintos mercados: Uber y Didi, valoradas respectivamente en 68.000 y 50.000 millones de dólares.

El tercer lugar lo ocupa la china Xiaomi, con 46.000 millones.

Al ver estas cifras lo primero que pensamos es que nos encontrarnos ante un modelo de negocio que, lógicamente, genera importantes beneficios.

Pero pese a la cantidad de dinero que mueven, los unicornios no siempre consiguen ser rentables.

En el caso de Uber, aún está por confirmarse que obtenga beneficios.

Hace poco se conocía la noticia de que una de las compañías del club de los unicornio, la fintech británica TransferWise, es ya rentable.

¿Es precisamente noticiable el de TransferWise porque no estamos acostumbrados a ver unicornios rentables? ¿Se les llama unicornios porque, en el fondo, son pura ciencia ficción?

Cuando valoración y rentabilidad no van de la mano

Es interesante recordar que las valoraciones de firmas privadas no tienen nada que ver con el valor en mercado de las públicas.

En un artículo aparecido en Fortune se hacía referencia a que las primeras, las privadas, son simplemente la tasación de un pequeño grupo de inversores que varían en función de las rondas, sin someterse al escrutinio público.

Sin embargo, las que cotizan en bolsa deben enfrentarlo cada día, una vez se abren los mercados.

Tener una valoración tan elevada tiene sus consecuencias, no siempre positivas.

No todos los unicornios que terminan optando por salir a bolsa consiguen igualar sus precios previos, o bien puede ocurrir que, tras su estreno, experimenten un retroceso. Fue el caso de Facebook, Twitter o Snap.

Además, estas cantidades astronómicas dificultan la otra posible salida para las startups: su adquisición por parte de otra compañía.

Así las cosas, lo recomendable es conseguir generar beneficios, como forma de tomar el control total en la empresa. Pero esto no siempre es fácil.

La propia mentalidad inherente a las startup podría explicar esto.

La competencia es feroz en los focos tecnológicos, como Silicon Valley, y la presión se incrementa a medida que aumentan las expectativas que genera el negocio.

Muchas firmas optan por una estrategia basada en el gasto y la diversificación, intentando cubrir cada vez más mercado.

Es lo que se denomina una mentalidad spend-to-win, gastar para ganar.

El problema es que invertir más no siempre conlleva recuperar más. A veces, una gran valoración implica un mayor gasto.

Por eso, que un unicornio consiga ser rentable seguirá siendo, al menos de momento,  noticiable.

Europa, alumna aventajada de Silicon Valley

En Europa existen actualmente unos 47 unicornios, con un ritmo de nacimiento de tres al año, valorados de media en 2.800 millones de dólares.

Es lo que asegura un informe del banco de inversiones tecnológicas GP Bullhound.

Los unicornios europeos facturan hasta 2,5 veces más que sus homólogos en Estados Unidos (315 millones contra 129 millones de dólares), lo que da muestra de la madurez que tienen las empresas a este lado del Atlántico.

Mientras que en Estados Unidos las valoraciones medias de los unicornios son 46 veces los ingresos, en Europa este ratio es de apenas 18, a lo que hay que sumar un incremento anual de la facturación de alrededor del 99% de media.

Spotify, Zalando o Supercell son sólo algunos de los unicornios más famosos de Europa, los cuales reflejan otra de las conclusiones del estudio: el 64% de estas empresas proceden de los sectores del comercio electrónico, software y marketplaces.

Fuente itespresso