Freixenet pondrá drones al servicio de la calidad de sus viñas

La empresa vitivinícola Freixenet será la primera en España que aplicará el abono liquido con dosificación variable, según el vigor obtenido por las imágenes aéreas por dron y satélite, los análisis del suelo y el conocimiento de su equipo técnico que, juntamente con el GPS, permiten automatizar esta aplicación.

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Los sistemas no tripulados (UAS, por sus siglas en inglés) de la empresa Cupasa sobrevolaron la finca de La Freixeneda, en Mediona (Barcelona), en lo que fue la primera prueba piloto. Freixenet pondrá drones al servicio de la calidad de sus viñasLa empresa espera ahora poder abonar de este modo todas las viñas que posee en el Penedès, que suman 300 hectáreas.

Los equipos tomaron fotografías aéreas del terreno, que unidas a la información proporcionada por satélites y estudios del suelo para analizar los nutrientes, permitieron elaborar un mapa de vigor del campo.

A partir de esta representación, los técnicos de Cupasa trazaron un plan de fertilización, que volcaron en el ordenador que incorporan los tractores encargados de esta tarea.

Las máquinas están dotadas con un sistema GPS, que les indica dónde se encuentran en cada momento y envía una señal a las electroválvulas del vehículo para que abran más o menos el depósito y, de esta forma, liberen la cantidad precisa de abono líquido que requiere cada zona. El conductor solo está a cargo de las marchas y el volante.

Beneficios para la calidad, el medio ambiente… y el bolsillo

La empresa espera que esta tecnología suponga un punto de inflexión para el conjunto de la vitivinicultura de todo el mundo, ya que de lo que se trata es de abonar la viña con una precisión casi exacta, con la información que da el dron al agricultor.

Según explica el Responsable de las viñas de Freixenet, Salvador Escoda, “los agricultores tienen calculada una dosis estándar de abono líquido en función del tipo de suelo, de la clase de uva que se quiere conseguir y de la cantidad recogida”. De acuerdo con el mapa de vigor, Escoda afirma que “aplican un 25% menos de producto donde hay mayor densidad de la planta y viceversa”.

Este procedimiento tiene la ventaja de un mejor aprovechamiento de los recursos, lo que supone a su vez un mayor ahorro e impulsa una agricultura mucho más sostenible. La calidad final del producto también se verá beneficiada, ya que un exceso de producto puede provocar que las uvas tengan menor calidad o incluso puedan llegar a reventar y pudrirse.

Además, las imágenes obtenidas a través de UAS pueden emplearse durante varios años, ya que el vigor del cultivo no depende tanto de factores climáticos como de la propia morfología del suelo.

Fuente Infodron