Convertirse en líder aprendiendo de la conducta animal

prodware logotipo¿Cómo se transforma un jefe en un buen líder? Existen múltiples fórmulas de ejercer el liderazgo: de manera autocrática, de forma participativa, mostrando una gran habilidad comunicativa y motivadora… Aunque no haya una fórmula mágica, psicólogos, antropólogos y biólogos coinciden desde hace tiempo en una fuente de inspiración alternativa: la conducta animal, que ofrece nuevas pautas para perfeccionar la gestión de equipos.  

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Cada vez más estudios evidencian los parecidos entre el comportamiento humano y el animal. Esta perspectiva proporciona importantes conocimientos aplicables tanto a nivel social como al mundo de la empresa. En el caso del liderazgo, la conducta de los animales y su forma de relacionarse con el entorno son una útil herramienta para guiar a directivos en la organización de sus equipos de profesionales. Además, pueden suponer un referente motivacional para aquellos que aspiren a convertirse en los líderes del futuro.

A la hora de desarrollar nuevas técnicas de gestión de equipos, no debemos limitarnos a la conducta humana. Hay incluso quien sugiere que el liderazgo no es otra cosa que una evolución del instinto animal que nos lleva a elegir como “jefe de la manada” al ejemplar más fuerte del grupo. Conocer las diversas estrategias de mando que se dan en el reino animal permite a los líderes de las empresas incorporar en el seno de sus organizaciones aquellas prácticas más ventajosas.

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Conoce estos tipos de comportamiento animal y cómo aplicarlo al liderazgo empresarial:

Léon. El rey de la selva se caracteriza por una actitud majestuosa y elegante. Es capaz tanto de trabajar de forma cooperativa dentro de la manada como de actuar con mayor autonomía en momentos decisivos, como el de la caza. El macho no ejecuta la acción, sino que es el responsable de organizar a la manada mientras las hembras se encargan de atrapar a las presas. Trasladado a un entorno empresarial, el líder es capaz de delegar tareas sobre sus empleados para ocuparse de administrar otras actividades relevantes para la organización.

Según el estudio sobre la personalidad de Gary Smalley y John Trent, entre las fortalezas del león destacan su dinamismo y su capacidad de decisión, un león nace para ser un líder. Trabaja orientado a objetivos, por lo que es muy organizado. Aunque en ocasiones puede resultar autoritario, se trata de un animal eminentemente social. Esforzándose por mejorar la comunicación con sus subordinados logrará superar todas sus metas.

Guepardo. Este felino comparte diversas características con otros animales, por ejemplo, el tigre, de quien asemeja su carácter solitario. Sin embargo, su superioridad no se basa tanto en su fuerza como en su rapidez. Al contrario que el león o que el tigre, el guepardo no destaca por su potencia, no está hecho para carreras de fondo, sino que es un velocista.

En el plano empresarial, se trata de líderes que quieren prosperar muy rápido en sus negocios, lo que se traduce en una gran capacidad para trabajar de manera febril. La contrapartida es que solo aguanta este nivel de esfuerzo durante periodos breves y posteriormente necesita un ciclo de descanso. Por otro lado, su tendencia a la soledad dificulta el trabajo en equipo. Por esta razón requieren rodearse de un equipo ágil, capaz de trabajar con independencia y unas líneas de acción claras y bien definidas.

Convertirse en líder aprendiendo de la conducta animalChimpancé. En el lado opuesto al guepardo nos encontraríamos con el chimpancé, que destaca por diversas capacidades cognitivas cercanas a las del ser humano como es la empatía. El jefe de la manada se caracteriza por su flexibilidad, que le permite plantear distintas soluciones ante un mismo problema. Además, posee una alta capacidad de planificación y es capaz de trabajar en equipo para lograr un objetivo común.

Sin duda, se trata de aptitudes realmente útiles para trasladar a las funciones de líder y su forma de estructurar la jerarquía. Tanto es así que el investigador Frans de Waal, a lo largo de sus estudios sobre primates, sugiere que sería positivo implantar en nuestra sociedad algunas de las lecciones morales que nos ofrecen estos animales.

Hormiga. Al igual que los chimpancés, las hormigas actúan de forma conjunta por una meta compartida encabezadas por la hormiga reina. Como ocurre con otras colonias compuestas por cientos de miles de animales de pequeño tamaño, su fortaleza está en su unión y les permite no solo cumplir su función sino también defenderse ante peligros externos. Sin duda, disponer de un grupo unido que haga frente a la adversidad es una de las principales bazas para cualquier líder.

En este caso, la hormiga reina sabe delegar las funciones de forma que cada miembro tiene interiorizada una responsabilidad acorde a sus habilidades. De esta forma una colonia es capaz de resolver problemas que de manera individual supondrían una verdadera amenaza. Es decir, el colectivo proporciona un poder superior al que tendrían de manera aislada, tal como recoge este artículo de National Geographic. Aunque se trata de una visión totalmente opuesta a otras como la del guepardo, ofrece unos resultados óptimos a la hora de gestionar un equipo y mejorar el liderazgo.