¿Liderazgo de prestigio o dominante? Dos estilos, dos objetivos

Tiempo de Lectura: 2 minutos

A nivel mundial, la mayoría de los líderes se dividen en dos corrientes bastante diferenciadas, como son intentar ejercer su dominio en la gente, o caerles bien. Ambos estilos tienen su momento y lugar.

¿Liderazgo de prestigio o dominante? Dos estilos, dos objetivos Clic para tuitear

Mientras que los líderes dominantes “requieren de una visión”, los que tienen como principal motivación ser admirados y queridos “facilitan su visión de grupo”. Así lo explica el profesor Jon K. Maner de la Escuela de Administración de Kellogg en Northwestern, que califica al último grupo como “líderes de prestigio”.

El experto expone que “el dominio está presente en muchas especies, incluyendo otros primates”. Precisamente “en esas especies, el más grande y fuerte es quien generalmente gana y acaba en la cima de la jerarquía”, pero el ser humano es diferente, puesto que caer bien y ser admirado ayuda a que la persona llegue a la cima.

A través de distintas encuestas y estudios sobre la interactuación de las personas en su ámbito laboral, Maner ha realizado un análisis acerca de los estilos de liderazgo. Según las investigaciones, mientras que los perfiles dominantes hablan cada vez más fuerte, los líderes que buscan prestigio pasan más tiempo escuchando y sintetizando las contribuciones de los demás.

Una investigación de Maner y otros colegas expertos en la temática concluyó que “los líderes dominantes acaparan la información y marginan a los miembros talentosos del grupo. Siguen de cerca a los miembros con talento para asegurarse de que no se pasan de la raya, y evitan que los subordinados generen lazos sociales entre sí”. Aunque los líderes dominantes quieran ejercer el control, “el prestigio tiene que ver con dirigir aquello en lo que se es experto”.

Jon K. Maner poner como ejemplo de estilos de liderazgo las pasadas elecciones presidenciales de Estados Unidos. Para el investigador, Donald Trump es el líder dominante, mientras que Hillary Clinton tiene cualidades que se asemejan más hacia lo que se considera prestigio.

Otros ejemplos son el de Steve Jobs, conocido por ser impulsivo e inflexible y un clásico ejemplo de líder dominante, y Warren Buffett, que se caracteriza por un comportamiento menos energético, pero que se puede clasificar en la categoría del prestigio.

¿Liderazgo de prestigio o dominante? Dos estilos, dos objetivosMientras que un estilo dominante suele tener connotaciones negativas y, en ocasiones, provoca comportamientos dañinos, el de prestigio tiende a funcionar mejor en la cultura occidental. Sin embargo, Maner puntualiza que si diriges una empresa y tienes una visión muy definida de hacia dónde debe ir y tu trabajo como líder es hacer que todos conozcan esa visión, en este caso el dominio funciona bien”. Otro caso donde puede ser efectivo es en la gestión de crisis “donde queremos que alguien nos diga qué hacer, ya que no hay tiempo para pedir ideas”.

Por su parte, el estilo de prestigio suele ser efectivo cuando el líder no dispone de una visión definida y busca en los empleados estrategias innovadoras y creativas. Esta forma de liderar a veces es peligrosa, ya que puede poner en problemas a los líderes cuando al construir relaciones a veces toman decisiones para complacer, o cuando deben comunicar evaluaciones negativas a los empleados.

Aunque, en general, la mayoría de los líderes se decantan por una de las opciones, los mejores saben cómo utilizar ambos estilos, recurriendo al correcto en el momento adecuado que se requiera en la organización.

Fuente The New York Times