El mundo cambia y los CEO con él

Durante mucho tiempo el estilo de liderazgo y gestión se ha reducido a someter a un control excesivo a los empleados de la empresa, obligándoles a actuar estrictamente bajo unas órdenes. Por el contrario había quienes dejaban que los colaboradores actuaran libremente, ya que sólo bastaba creer en ellos. Estos dos modelos son en los que se basaban las dos grandes corrientes del management, opuestas entre sí, que han marcado décadas en la manera de hacer de un CEO, pero son dos modelos con una serie de desventajas que tienden a no funcionar.

César Solares, CEO de Dale Carnegie Training México Regional, apunta que “en un estilo de management en el que la gente actúa libremente no hay un seguimiento, no hay reglas, y la ausencia de ellas hace que las personas creen sus propias reglas, tendiendo a no cumplir con las metas”.

En el lado opuesto, este experto explica que la figura del manager, en este caso, tiene que enterarse de todo lo que hacen los subordinados, lo que provoca que la gente no sea capaz de comunicar su punto de vista, y en lugar de comprometerse tan sólo cumplan con los objetivos.

Actualmente el management ha adoptado un punto medio donde existe la posibilidad de contribuir, por lo que la gente logra comprometerse pero con unas reglas, algo que está llevando a la transformación del líder.
El mundo cambia y los CEOs con élPor tanto hoy la empresa se encuentra en el ‘Human Age’, es decir, en una etapa de optimización del potencial humano que será determinante para el éxito y crecimiento en los negocios presentes y futuros. Para ello se necesitarán líderes gubernamentales y empresariales que aprovechen cómo liberar este potencial humano en un mundo cada vez más volátil.

Javier Vargas, vicepresidente regional para Latino América de Right Management de Manpower Group, explica que “hay mucha incertidumbre en el mundo, como la situación global de China y aquí en México la crisis en el tipo de cambio, y la gente tiene que estar preparada para esos cambios, y los CEOs están incluidos”.

Este cambio está obligando a los altos ejecutivos a desarrollar nuevas habilidades que ayuden a sus subordinados a crecer. Las habilidades serían:

Humildad. Para reconocer que no siempre disponen de las mejores ideas.

Inteligencia emocional. Básica para poder gestionar un grupo de trabajo.

Escucha. Tanto al grupo directivo como a las bases de su estructura.

Responsabilidad. Necesaria para vigilar que se cumplan las reglas.

– Intentar trabajar para conseguir un ambiente multigeneracional.

Habilidades tácticas y estratégicas.

Mentalidad global. Para conocer cómo actual localmente.

Coaching. Necesario para motivar a la gente y sacar su máximo partido.

Mentoring. Que aproveche el talento joven.

Todas estas debilidades hay que trabajarlas en el día a día sin perder de vista el medio o largo plazo, así como los conocimientos tecnológicos que ayuden a avanzar a la organización.

Este nuevo estilo de management está orientado a las personas y los procesos, incrementando la innovación con la participación de ideas nuevas, así como el compromiso de los colaboradores, ya que la productividad se ve incrementada entre un 25% y 202%, como indica un estudio de Dale Carnegie Training y MSW.

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