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Lograr una mayor inclusión de la mujer en la industria tecnológica es clave para el actual desarrollo de la economía digital, de manera que no sólo sean parte de la plantilla, sino que puedan ejercer en puestos intermedios y ejecutivos. Todo bajo un contexto donde se fomente el incremento de este colectivo en las universidades, aumentando su presencia en titulaciones técnicas.

Según datos del curso 2013-2014 aportados por el Instituto de la Mujer, el porcentaje de mujeres matriculadas en estudios superiores se sitúa en el 54%, disminuyendo hasta el 26% en las carreras de ingeniería, y hasta el 15% en las de informática.

En España la población universitaria se ha mantenido en aproximadamente los 1,5 millones en los últimos años, con un 11% menos en ingeniería, donde se incluyen ambos sexos. En los países de la OCDE la cuota de mujeres en grados de ciencias e ingenierías es del 38% y el 25%, respectivamente.

En este sentido, la directora de recursos humanos y diversidad de Accenture, María José Sobrinos, explica que este tipo de elecciones en áreas de conocimiento vienen dadas por las preferencias y no por las habilidades, puesto que “los estereotipos en el mundo geek (apasionados de la tecnología) o friki, como lo conocemos aquí, y los prejuicios de trabajar en un ambiente predominantemente masculino son factores que, de forma inconsciente, pueden influir en su elección”.

La inclusión de la mujer para el desarrollo de la economía digital

Otro elemento que repercute es la sensibilidad, ya que las mujeres están más predispuestas a estudiar carreras humanísticas que los hombres, más interesados por la programación o la analítica. Así lo explica Mireia las Heras, profesora de Dirección de Personas del IESE, que aclara que este factor no es impedimento para dirigir empresas tecnológicas. Aportar humanización es “tener en cuenta las necesidades de las personas en las distintas etapas de la vida”.

Pese a estos factores, hoy en día la tecnología destaca como la industria con mayor equidad de género frente a las tradicionales, según el IESE. Mireia las Heras destaca que “en España tenemos un buen panorama: Irene Cano ha liderado la expansión de Facebook; Rosa García ha estado al frente de la transformación digital de Siemens; Helena Herrero, presidenta de HP, o Marta Martínez Alonso, en IBM”.

Aun así la participación de la mujer todavía es insignificante, ya que sólo 6 de los 100 líderes más poderosos del sector son mujeres, según Global Telecom Business 2014. Como indica un estudio de GSMA, sólo existe un 4,8% de presencia femenina en la clasificación de Fortune 500.

Para mejorar esta situación, hay que recordar que la diversidad aporta innovación, competitividad, mejora los beneficios empresariales y el éxito al conquistar nuevos mercados.

Por ello no sólo debemos concienciarnos del cambio, sino que se requiere una mayor acción por parte del colectivo, así como desde el ámbito público-privado, con el fomento de la educación y de la conciliación de la vida personal con la labora.

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