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En su reciente publicación denominada ‘Pictures of the future’, Siemens definió los elementos que formarían parte del futuro en el mundo de la producción. Entre otros la compañía destaca las plantas subterráneas ultraeficientes, robots biónicos, la simulación productiva, o el mantenimiento predictivo. A ello se suman herramientas como la fabricación aditiva, que es la versión industrial de la impresión 3D.
Según el director general de Ibarmia, Koldo Arandia, “la fabricación aditiva es ideal para la creación de piezas únicas donde el despilfarro de material es enorme, como para por ejemplo en el sector aeronáutico”.
Hoy en día existe una mejora del 30% al 40% de la eficiencia gracias a la digitalización, ya que optimiza entre el 20% y el 50% del inventario y por tanto reduce los costes, y aumenta entre el 10% y el 25% la productividad. Así lo subraya el director adjunto de Industria de Tecnalia, David Sánchez, que puntualiza que “la llamada industria 4.0 repercute en beneficios tangibles para las empresas industriales, empezando por una mayor adecuación de su oferta a la demanda, una optimización de los activos, y una maximización de la calidad”.
Desde el periódico Expansión ponen de manifiesto que lo que de verdad está en juego con estas innovaciones es la reindustrialización de Occidente, gracias a las nuevas tecnologías que posibilitan fabricar piezas de manera eficiente.
Por ello en 30 años puede que China deje de ser la fábrica del mundo, siendo el objetivo del Gobierno para 2020 que el sector industrial represente el 20% del Producto Interior Bruto, que actualmente copa el 17%.
En este sentido, Alfonso Ganzabla, director general de Innovación y Desarrollo de negocio Sisteplant recalca que el criterio a la hora de ubicar las plantas del futuro “será la disponibilidad de talento cualificado. La tecnología no es diferencial porque está al alcance de todo aquel que pueda pagar por ella. Pero lo que un país low cost no puede imitar es el ‘know how’”. Por ello el directivo apunta a que las personas tendrán un papel aún más destacado del que disponen en la actualidad.
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En este escenario serán los robots los que asuman tareas nuevas, aunque siempre habrá cosas que sólo puedan realizar las personas. David Sánchez apunta a que “máquinas y humanos convivirán en las plantas, y garantizar la seguridad y salud del entorno se convertirá en una de las prioridades en las empresas”.
Como en toda evolución, se requiere un proceso de adaptación. Según las previsiones del World Economic Forum, entre 2015 y 2020 se destruirán cerca de 7 millones de puestos de trabajo que se verán compensados con 2 millones de puestos nuevos con perfil digital.
Con la previsión de que la recolocación y la formación de este tipo de profesionales se materialice en los países europeos, ahora el foco se centra en las empresas del sector industrial y en su reinvención.
La reindustrialización europea provocaría un crecimiento económico, nuevo empleo y por consiguiente, la creación de nuevas profesiones.
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