El mercado asiático se rinde al pago online

Una imagen vale más que mil palabras. En la ciudad china de Jinan, un mendigo saltó a primera plana de las noticias por llevar un código QR colgado del cuello; al escanearlo, las limosnas irían directamente a su cuenta de Alipay. Una situación que nos da una idea del nivel de penetración de los pagos a través de Internet en China.

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Los pagos en Internet, sobre todo los que se hacen desde el Smartphone, han alcanzado cifras de récord en China: el año pasado, 469 millones de personas pagaron online. El volumen de sus transacciones duplicó la cifra de 2015 y alcanzó los 57 billones de yuanes (7,7 billones de euros).

¿Las ventajas? Se trata de un sistema práctico y seguro, ya que no requiere llevar dinero en efectivo, y las operaciones están verificadas por una contraseña o por sistemas biométricos, como el sensor de huellas dactilares del móvil. Además, nos ahorramos la burocracia que acompaña siempre a las operaciones bancarias, lo cual es un plus.

El hecho de que casi todos los comercios e individuos han incorporado ya este sistema de pago, es el empujón definitivo que ha terminado de consolidar los pagos online en China.

Una tendencia que va en paralelo al crecimiento del uso del teléfono móvil: un 95% de los 731 millones de internautas accede a la Red desde su Smartphone.

Vivir sin dinero en China

En cualquier ciudad china es perfectamente posible, incluso más práctico, vivir sin dinero en efectivo, o yendo un paso más allá, sin tarjetas bancarias.

Basta con vincular una cuenta bancaria a los servicios de Alibaba o Tencent -que gestiona WeChat Pay-, y todas las operaciones del día a día se pueden realizar con el móvil o el ordenador: compras en Internet, en comercios físicos de todo tipo y en máquinas de vending, pagos a servicios públicos como la electricidad, el gas, o el agua, transferencias entre usuarios sin comisiones, e incluso el abono de impuestos gubernamentales.

En este contexto, en el que sobre todo las generaciones más jóvenes han saltado directamente del efectivo al dinero online, sin pasar por las tarjetas, los bancos están pasando por su peor momento.

Se estima que, solo en 2015, el sector bancario perdió unos 20.000 millones de euros en comisiones que dejó de cobrar por el auge del online.

Una tendencia al alza

La consultora iResearch prevé que el volumen de transacciones total se dispare hasta los 116,7 billones de yuanes (15,7 billones de euros) en 2019, y no es la única que pone previsiones optimistas sobre la mesa.

Acuity Research avanza que en 2020 el 60% de todos los pagos se realizarán online y estarán verificados con sistemas biométricos.

Además, el negocio de Alibaba y Tencent no se queda ahí, y ya cuentan también con productos de inversión que se gestionan a través del móvil.

Por ejemplo, el fondo de inversión Yu’ebao, gestionado por Ant Financial para Alibaba, se ha convertido ya en el mayor del país, con un capital superior a los 800.000 millones de yuanes (108.000 millones de euros) y con más de 300 millones de pequeños inversores.

Las ventajas de los pagos electrónicos son palpables también para el Gobierno: otorgan mayor control sobre la población, pudiendo exigir los datos de todas las transacciones de los usuarios a las empresas que las gestionan.

Pero también tienen su cara B: a falta de mayor regulación, los pagos online también sirven para realizar pagos que no están sujetos a impuestos, y para sostener una gigantesca economía sumergida que crece al calor del eCommerce.

Fuente Finanzas