La contribución del emprendimiento innovador

Desde siempre las buenas ideas han movido el mundo, y apoyarlas ha contribuido al progreso de las personas, y de la sociedad en general. Pero para que una simple idea se convierta en realidad, necesita pasar múltiples filtros y construirse mediante la labor humana, que necesita de apoyo económico, logístico, de otras muchas disciplinas más.

La empresa que, según el informe Varkey / UNESCO-Fortune 500, más invierte en apoyar la educación en mundo es el Banco Santander. Bajo el uso de la educación como motor de desarrollo, la entidad está aportando su grano de arena en que las ideas brillantes lleguen a convertirse en proyectos.

Precisamente una de las personas que actualmente mejor sabe de esto en España es Ainhoa Cid, gijonense de 25 años y licenciada en Topografía que ha formado su propia startup para la creación y el lanzamiento de nanosatélites dedicados a la observación de la tierra.

Bajo el nombre de Karten Space, esta firma aeroespacial recoge datos e imágenes de la superficie terrestre a un precio muy asequible. Según cuenta su creadora, todo surgió a raíz de una charla del astronauta español Pedro Duque en la Universidad de Gijón. Un acontecimiento que le provocó que un día levantara su mirada hacia el espacio.

Otra idea destacada en España surgió de la mente de un veinteañero madrileño llamado Carlos Asensio, que tras perder sus tarjetas de crédito en un viaje de estudios a China comenzó a crear un sistema de pago basado tan sólo en el uso de la mano.

Licenciado en Ingeniería Informática, Carlos junto a su equipo, Rafel, Paloma y Diego, convencieron a los directivos del Banco Santander de que el futuro de los medios de pago pasaba por el uso de esta parte del cuerpo.
Tras la pérdida de las tarjeras, dos años después HandBe está a punto de llegar a las tiendas.

Y por último, otro de los proyectos a destacar es el de Emily Brooke, que ha hecho visibles a los ciclistas en el ángulo muerto del retrosivor.

Esta británica licenciada en diseño se sube a su bicicleta todos los días, hecho por el que su proyecto de fin de carrera fue un láser para este medio de transporte. Tras ganar un beca de emprendimiento Santander en el Babson College de Estados Unidos, hoy Blaze LaserLight se usa en las 11.500 bicicletas Santander que están disponibles en Londres, además de venderse en medio mundo.

Para su puesta en marcha, Emily ya ha formado un equipo de 8 jóvenes, teniendo como criterio para su incorporación “que sean brillantes y monten en bici”.

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