En el último siglo la población mundial ha ido experimentando un crecimiento continuado sin precedentes, un hecho que ha obligado a cambiar la forma de gestionar las grandes urbes, ya que el crecimiento demográfico plantea ciertos retos a la hora de contar con unos recursos cada vez más limitados.
Este desafío hace que se tengan en cuenta factores como el cuidado para una mejor calidad de vida así como la sostenibilidad del medioambiente, algo para lo que es indispensable la adaptabilidad de la sociedad a estos cambios.
A la hora de enfrentarse al concepto de estas nuevas megaciudades, desde KONE han perfilado cinco retos para mantener un equilibrio entre crecimiento y sostenibilidad.
– Medioambiente. El aumento del tráfico y del consumo requiere de herramientas que respeten un entorno cada vez más contaminado. En este contexto es esencial la utilización de tecnologías eco-eficientes en todas las áreas, sobre todo en la modernización de las obras y en el diseño de nuevos edificios. Estos son considerados los grandes consumidores de energía de las ciudades, ya que tan sólo los ascensores suponen el 10% de la energía de un edificio. Gracias a estas nuevas tecnologías la reducción puede llegar al 35% en la factura energética anual.
– Seguridad. Imprescindible en grandes urbes y considerado uno de los requisitos más estrictos, las instalaciones debe instalarse en base al flujo de millones de persones, continuando con una modernización de sus sistemas.
– Conexiones urbanas. Necesarias para posibilitar el flujo de personas en los aeropuertos, centros comerciales, edificios de oficinas, etc. Este tipo de elementos desempeñan un papel fundamental puesto que proporcionan soluciones que permiten el desplazamiento de una cantidad importante de gente en el menor tiempo posible, todo de forma transparente y segura.
– Megaedificios y ascensores inteligentes. Según la ONU se prevé que haya 2.500 millones de personas en los entornos urbanos en el 2050. Una de las soluciones de la construcción de megaedificios es que sean capaces de alojar a miles de personas, pero al ser altos también se debe cuidar la seguridad, además de que sea factible la gestión de elementos como los sistemas de depuración del aire, la instalación de jardines o la administración de la basura.
Las últimas tecnologías deberán cuidar la velocidad de los ascensores, así como los patrones de sus habitantes, para ser capaces de optimizar a tiempo real algo tan básico como el flujo de personas.
– Envejecimiento demográfico. La población mundial de más de 60 años pasará de ser 900 millones a los 2000 millones entre 2015 y 2050, según la OMS. Con este aumento será necesario diseñar edificios que se adapten a sus necesidades, con sistemas específicos también instalados en los edificios antiguos.
Ver noticia completa
