La revolución sostenible de la nueva economía circular

La nueva economía circular está obligando al mundo empresarial a darle un giro y repensar aquello que han estado haciendo durante estos dos últimos siglos. Ante la escasez de recursos y el impacto ambiental, algunas de las grandes compañías están estudiando la manera de crear valor al mismo tiempo que generan empleo.

Con su epicentro en Ámsterdam, las startups y pequeñas empresas de Europa están intentando depositar su savia nueva en la vieja maquinaria europea con la introducción de un modelo multi-R, que según la consultora TNO, trata de rediseñar el reciclaje pasando por la reutilización, redistribución, reparación o renovación.

De ahí se pueden llegar a generar 54.000 empleos en la economía de Países Bajos, con unas ganancias valoradas en cerca de los 7.300 millones de euros. Esta proyección ha sido extendida a toda Europa por el Club de Roma, con una estimación de que puede crear hasta 400.000 puestos de trabajo en España.

De hecho el director de Sostenibilidad de Philips, Markis Laubscher, explica que “la sostenibilidad ha dejado de ser un coste añadido para convertirse en un valor añadido”. Por eso su compañía ha decidido incorporar la “circularidad” a la compañía, ya que por primera vez “la economía y la ecología se dan la mano en un modelo con el que todos salen ganando. Lo que es rentable para la empresa, es bueno para el planeta, y viceversa”.

Una de las medidas de Philips ha sido prolongar la vida de los escáners de resonancia magnética de la planta de renovación de material médico que tiene la empresa, ya que por un 80% del valor de un aparato nuevo, la compañía ofrece uno viejo y puesto al día, con el sello de ‘refurbished’. Este volumen de negocio ya constituye el 10% de facturación de equipamientos médicos de la compañía.

La revolución sostenible de la nueva economía circularOtra firma que está viendo como la circularidad es la nueva sostenibilidad” es Interface, pionera en moquetas modulares. Uno de sus proyectos más destacados es Net-Works, que ha convertido a comunidades empobrecidas de Filipinas y Camerún en auténticos recicladores de redes de pescas, dándoles una segunda vida como suelo para oficinas.

Además existen otros proyectos muy interesantes enmarcados en la “economía circular” como son el Fairphone, el teléfono móvil modular diseñado para ser longevo y de fácil reparación; Wasteboards, que son tablas de skateboard fabricadas con botellas de plástico desechadas; Plastic Whale, la primera compañía que pesca plástico acumulado en el mar, o Lune, que fabrica cubos reciclados y reciclables para todo tipo de residuos.

Los programas piloto de Países Bajos

En Europa, el centro neurálgico de la economía circular son los Países Bajos, ya que “es el lugar ideal para experimentar y poner en práctica programas piloto”, explica Guido Braam, anfitrión de esta misión internacional que ahora tiene entre manos The Valley, el futuro epicentro de la innovación circular.

De hecho el impulsor de La Hora del Planeta, Andy Ridley, también dio el salto a Ámsterdam, ya que ahí se cuece “el cambio sistémico que tanta falta nos hace”.

Liderando el Circle Economy, Ridley ha pasado del activismo ecologista al “pragmatismo optimista”, tendiendo la mano a las empresas, instituciones y ayuntamientos.

Con un equipo de alrededor de veinte expertos, Ridley ha puesto en marcha Ámsterdam circular, Glasgow circular y próximamente Bruselas, con el objetivo de “hacer un modelo exportable y escalable para todo tipo de ciudades. Hemos tenido contactos con Barcelona y Madrid, siendo muy apropiada como ciudad Bilbao”.

Estos expertos animan tanto al movimiento ecologista como a las industrias creativas a incorporarse al barrio de Buiksloterham, donde se encuentra la comunidad de De Ceuvel con sus casas-barco , la casa flotante de Gewoonboot, o la Casa del Canal del siglo XXI, construida íntegramente con impresoras 3D.

Economía circular en España

De momento, la delegación del ‘Circular Hostpot de Holanda’ ha sido la de Cataluña y País Vasco, que están marcando el camino en España.

Pero la sede de la Fundación para la Economía Circular se encuentra en Madrid, donde su directora ejecutiva, Anabel Rodríguez, asegura que “se trata de repensar, rediseñar y refabricar los productos teniendo en cuenta toda su vida útil y reduciendo al mínimo los residuos”.

A ello Josep María Tost, director de la Agencia de Residuos de Cataluña añade que “se trata simplemente de racionalizar este modelo disparado de producción y consumo que ahora tenemos y aplicar el dicho de ‘no tires nada que tenga valor’”.

Son varias las entidades que tratan de hacer florecer la economía circular en nuestro país, a través de marketplaces, asesoramiento o creación de ecosistemas.

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