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El mercado global de VoIP (voz sobre protocolo de internet) espera alcanzar una valoración de 93.200 millones dólares a finales de 2024

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El auge imparable de los altavoces inteligentes ha disparado el desarrollo de aplicaciones que emplean la voz para realizar todo tipo de acciones. Tan es así, que el mercado mundial de este tipo de herramientas se valoró en 77.400 millones dólares en 2018 y espera alcanzar una tasa de crecimiento anual del 3,1% entre 2019 y 2024, según datos de Global Market Insights.

Sin embargo, estos altavoces han surgido como sistema operativo, al igual que lo hizo la telefonía móvil, con la esperanza de que sea el mercado el que vaya alimentando su cerebro. Así, Alexa, Siri, Cortana o Hey Google ponen en contacto al usuario con el robot que responda a sus demandas, pero no para resolverlas por su cuenta.

En su momento, los primeros intentos de comandos de voz en internet fracasaron porque intentaban imitar el complejo sistema de comunicación humana. Sin embargo, Facebook cambio el enfoque al automatizar las respuestas y acotando el diálogo a un entorno comprensible por la máquina. El modelo se copió, se incorporó a las plataformas de mensajería y ahora los chats informáticos identifican una serie de palabras clave y centran las soluciones.

La necesidad por parte de las empresas de automatizar su atención al cliente ha dado lugar al auge de los chatbots, que tiene como misión principal ayudar a resolver dudas, obtener información relevante o realizar compras evitando las largas esperas en llamadas telefónicas. La irrupción de los altavoces inteligentes en los hogares añade el atractivo de la voz como herramienta para interactuar con los chatbots.

A pesar de todo, el sector se enfrenta a dos barreras principales. Por un lado, la combinación de inteligencia artificial y la comprensión del lenguaje natural, todavía insuficiente en entornos de alta complejidad. Por otro, el botmaster, es decir, el individuo o sistema responsable de enseñar, gestionar y mantener el chatbot, puesto que las posibilidades de interacción son enormes.

Así, los chatbots están presentes ya en ofertas de ocio, gastronomía o viajes, incluso en la resolución de trámites administrativos básicos o sistemas de asistencias a personas dependientes. Del mismo modo, las entidades bancarias también los aplican, pero con fines informativos. Por su parte, uno de los espacios con mayor implantación de estas aplicaciones por voz es el coche, ya que el 67,5% de los conductores en EE.UU los emplea habitualmente para realizar llamadas, preguntas direcciones o seleccionar música.

El coste de desarrollar estas aplicaciones de voz ronda entre los 10.000 euros para diseños básicos hasta los 100.000 euros para sistemas más complejos.

Fuente El País

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