Hay muchos profesionales que exageran su experiencia y conocimiento en las redes sociales, mientras otros se venden peor de lo que son.
Exagerar, mentir o edulcorar lo que haces o eres en estos canales mostrando una vida llena de elementos sumamente positivos tiene sus riesgos, ya que se debe valorar lo que uno se juega al ofrecer una imagen que no se adecua a la realidad.
En este sentido el experto en estrategia personal, Andrés Pérez Ortega, explica que “hasta hace pocos años, estar en Internet era algo diferenciador que transmitía la importancia de un profesional. Pero las redes sociales han eliminado las barreras de entrada… En Facebook o Twitter, cada día es más difícil encontrar perlas únicas, y así cualquier profesional que pretenda destacar tiene muy difícil convencer de su capacidad. Y si lo consigue, se le va a ver con sospecha. Es como tratar de vender una joya de Tiffany’s en El Rastro».
Por eso es recomendable buscar sitios online que sean más exclusivos o más profesionales, o bien crear un blog.
“En muchos fenómenos sociales existe lo que se conoce como ‘mayoría silenciosa’: un grupo de personas más preocupadas por hacer las cosas bien, y por crecer personal y profesionalmente que por aparentar», asegura Montse Ventosa, presidenta de Truthmark.
Pero además hay otra serie de profesionales que no les hace falta aparentar por contar con acciones que hablan por ellos mismos, además de aquellos que no son conscientes del impacto que está teniendo su trabajo. Otros perfiles son los que tienen muy poca habilidad para encontrar trabajo o piensan que cultivar relaciones es negativo, cuando realmente llega a ser necesario. Al contrario de prometer algo que se saben que no se va a cumplir, directamente prefieren cumplir más de lo prometido.
El socio de Soymimarca, Guillem Recolons, dice que “no es fácil llegar al equilibrio, pero ser uno mismo, fuera o dentro de la red, debería ser una brújula que marque nuestro Norte. A menudo en estos perfiles se produce el efecto desilusión, que se da cuando la relación virtual se convierte en real. Es decir: es un overpromise, anglicismo que denota que te has pasado de la raya».
UNA IMAGEN PEOR A LA REAL
Puede ocurrir que seas alguien con buena marca, reconocido, pero con una imagen virtual peor de lo que eres. Una
solución a ello es contratar a un profesional que sepa cómo plasmar tu marca personal en las redes sociales, ya que como indica Recolons «si la primera impresión es importante, en internet es letalmente importante, ya que no se suele volver a visitar un perfil que no despierta interés o simpatía».
Por eso es importante seleccionar los canales que atraigan más atención e interés, y recopilar la mayor cantidad de ejemplos reales que demuestren la capacidad profesional.
Andrés Pérez dice que, aunque se diga que Internet es un entorno multimedia, lo cierto es que se queda muy corto cuando hay que explicar algunas cosas o transmitir determinadas ideas, ya que «un texto en un muro de Facebook no puede competir con una conversación cara a cara para explicar cómo diseñar una estrategia de negocio. Mil imágenes en redes como Instagram no tienen nada que hacer contra una palabra en una situación de crisis real en una línea de producción. Es en el mundo real en el que se demuestra lo que uno es capaz de hacer». El experto recomienda usar la red como anzuelo, pero pasando inmediatamente al contacto real.
Para reflejar exactamente la valía profesional es importante no confundir visibilidad con competencia, siendo muchas veces los mejores los que pasan desapercibidos. Montse Ventosa, presidenta de Truthmark, cree que «no siempre las personas hábiles en lograr visibilidad son las que tienen más talento, que hoy se define como la ‘learning agility’, o agilidad de aprendizaje».
Asimismo se ha creado una paradoja con ‘la felicidad’, que genera presión entre serlo o aparentarlo, mostrando un constante estado positivo. De hecho quienes lo aparentan constantemente realmente no suelen ser los más satisfechos.
Por último, hoy en día existe una tensión entre homogeneidad y heterogeneidad, entre diferenciarse o adaptarse a la norma. Ventosa concluye que «si eres de esas personas que parece que no encajan, que parece ir contracorriente, relativamente inconformista (constructivista), probablemente también valgas más de lo que piensas. No hay nada más valioso para hacer crecer tu talento (agilidad de aprendizaje) que la capacidad de ser auténtico y de ser diferente».
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