Nos encontramos ante una crisis de sobreproducción cuando una compañía produce más de lo que puede vender, hecho que puede acarrear una crisis de inventario y una pérdida financiera significativa.
Hoy en día, con una demanda fluctuante y cada vez menos previsible, la digitalización ayuda a evitar estos excesos de producción y a la vez permite una fabricación más flexible y optimizada.
En definitiva, la evolución hacia las fábricas inteligentes mejora la gestión global de la producción de la compañía, evitando excesos y optimizando costes y recursos.
Os compartimos algunos consejos que nos ayudarán a detectar y evitar una crisis de sobreproducción:
Utilizar el análisis de datos
Utilizar herramientas de análisis de datos ayuda a evaluar la demanda y prever futuras ventas. Esto ayudará a ajustar la producción según las tendencias y evitar el exceso de inventario.
Utilizar el just in time
El sistema Just in Time (JIT) implica producir sólo lo que se necesita en el momento en que se necesita. Esto ayuda a ajustar el inventario y a reducir los costos de almacenamiento.
Establecer límites de producción
Establecer límites de producción es útil para asegurar que los productos se producen en función de la demanda.
Controlar los costes de producción
Mantener los costes de producción bajo control posibilita producir a un coste razonable y rentable. De nuevo, producir sólo lo que se necesita, reduce los riesgos de sufrir una crisis de sobreproducción.
Mantener una comunicación fluida con tus proveedores
La comunicación fluida con los proveedores asegurará que se puedan obtener los materiales necesarios en el momento adecuado y evitar retrasos en la producción.
Utilizar un sistema de pre-pedido
Ofrecer a los clientes la posibilidad de pre- pedir los productos antes de su lanzamiento. Esto permitirá producir sólo lo que se necesita y evitar el exceso de inventario.
Realizar una gestión adecuada de la cadena de suministro
Asegurarse de que la cadena de suministro esté bien gestionada y sea eficiente. Esto permitirá obtener los materiales necesarios en el momento adecuado.
Por supuesto, cada negocio y cada fábrica tiene sus particularidades e idiosincrasia en función del sector, el tipo de producto y el segmento de clientes al que se dirige. La transición hacia una fábrica inteligente permite dar respuesta a las necesidades individuales de cada compañía, atendiendo a sus objetivos corporativos y de producción.