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Todavía no existe una respuesta definitiva acerca de si el Coeficiente Intelectual (CI) está vinculado con la diferencia de ingresos entre personas, ya que los datos muestran que su influencia sólo corresponde al 1% o 2% en la mayoría de los casos.
Por tanto, si el Coeficiente Intelectual se considera un factor que repercute de menor manera en el éxito financiero, existen otros que si cumplen su función en la consecución de objetivos en finanzas. Evidentemente uno es la suerte, pero en especial tiene un peso destacado la personalidad.
Cómo repercute la inteligencia en el éxito financiero Clic para tuitear
Según un artículo del James Heckman publicado en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences”, la meticulosidad, que es un rasgo de la personalidad marcado por la diligencia, perseverancia y autodisciplina, si influye en el éxito en las finanzas.
Esta conclusión se extrajo de una serie de datos extraídos para su estudio, como son las puntuaciones del CI, pruebas estandarizadas, calificaciones y evaluaciones de personalidad realizadas a miles de personas en Reino Unido, Estados Unidos y Holanda.
Las pruebas se basaban en un seguimiento a personas por décadas, no sólo de sus ingresos, sino también de su índice de masa corporal, la satisfacción que sienten en su vida personal o los antecedentes penales.
El documento esclareció que los logros eran mejores calificadores que el Coeficiente Intelectual a la hora de pronosticar si un individuo obtendría éxito en la edad adulta. Esto se debe a que las calificaciones no sólo reflejan la inteligencia, sino las “habilidades no cognitivas”, es decir, la perseverancia, los hábitos de estudio, la capacidad de colaborar, y en definitiva, la meticulosidad.
Por este motivo, Heckman, que compartió un Premio Nobel en 2000, opina que el éxito depende de la capacidad innata pero en mayor medida de las habilidades a desempeñar. En este sentido, la apertura de mente -rasgo que se relaciona con la curiosidad- es otra característica que está conectada con los resultados de las pruebas y las calificaciones.
Aunque el Coeficiente Intelectual evidentemente cuenta y repercute, para Heckman las personas que no posean habilidades no conseguirán tan fácilmente su inserción en el mundo laboral.
Para el coautor del artículo, John Eric Humphries, una de las metas de este estudio ha sido aclarar la mal entendida noción de habilidad. En edad escolar, para cualquier persona asentarse en un terreno intermedio entre el Coeficiente Intlectual y meticulosidad sería lo mejor, sobre todo para el bienestar humano una vez llegado a la edad adulta.