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La sostenibilidad está cada vez más presente en el sector de la moda. El 83% de las empresas tienen una estrategia de sostenibilidad y en parte se debe a las continuas demandas de los clientes lo cual ha beneficiado a la innovación y la transformación del sector. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, ya que solo 74% compañías han establecido un cuadro de mando específico.

Respecto a la trazabilidad (conjunto de procesos, ubicación y trayectoria de un producto a lo largo de la cadena de suministros) según el informe ‘Shaking Sustainability in the Fashion Business’, elaborado por EY y Modaes.es el 45% de las empresas del sector textil son incapaces de garantizar la trazabilidad completa de sus productos.

Problemas para garantizar la trazabilidad

En concreto, el primer problema de la trazabilidad se debe a que los principales productores de la moda están en India, China, Pakistán o Bangladesh. Cuando el producto se elabora en España es mucho más fácil seguir el rastro de su producción, pues se puede conocer las condiciones laborales de la empresa y las materias primas usadas, además de reducir los costes de transporte.

Así, para que una prenda sea sostenible debe cumplir siete ejes sobre los que debe establecerse la estrategia de sostenibilidad de una compañía: gobierno, riesgos y cumplimiento, operaciones, personas, comunicación, tecnología, finanzas y jurídico/fiscal.

El informe de EY refleja que las personas son el pilar de las compañías y todos los empleados deben contar con unas condiciones laborales dignas. Como ha dejado reflejado el informe, «el 94% impulsan políticas activas de igualdad, diversidad y empoderamiento de la mujer en el ámbito de la dirección, frente al 86% de 2021».

Requisitos legales de la UE

Por otra parte, se estima que un 10% de las emisiones mundiales de carbono sean consecuencia de la industria textil. Además, la producción textil, a través de los tintes, es la responsable del 20% de la contaminación mundial del agua potable.

Para frenar esta situación, en marzo de este año, la Comisión Europea presentó un plan de acción de la economía circular, con el fin de conseguir que los textiles fueran más duraderos, reparables, reutilizables y reciclables, ya que, según la Agencia Europea de medio ambiente, «las compras de textiles en la UE en 2017 generaron alrededor de 654 Kg de emisiones de CO2 por persona».

La nueva estrategia incluye nuevos requisitos de diseño ecológico para los productos textiles, una información más clara, un pasaporte digital de productos y pide a las empresas que asuman su responsabilidad y actúen para minimizar su huella de carbono y medioambiental.

Fuente: El economista