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La Web 3.0 dejará un panorama mucho más específico para cada usuario gracias al uso de tecnologías como la Inteligencia Artificial o el big data.

En España el 80% de empresas ya tiene página web, pero no significa que estén al día en TIC ni preparadas para la Web 3.0.

La futura Web 3.0 sigue cogiendo forma. Poco se sabe acerca de este nuevo formato que dejará atrás la Web 2.0 que se conoce en la actualidad, pero sí que existe la suficiente información como para destacar que entre sus bases estará la de la mayor privacidad de datos y la de la exclusividad de la experiencia de cada usuario. Según indican los expertos, este cambio “obligará a las empresas” a transformar su parte digital.

“Actualmente hay cerca de un 80% de empresas españolas presentes en la red, pero eso no indica que todas estén preparadas para esta nueva generación, muchas están anticuadas”, asegura Maxence Marius, director general de Eskimoz en España. “El INE dice que el 78% está presente en la web, pero las empresas de menos de 10 empleados apenas llegan al 32%”, subraya el experto de la agencia especialista en SEO.

La Web 2.0, la existente hoy en día, se basa en la participación del usuario. Mientras que en la Web 1.0 las páginas eran estáticas, con pasividad del usuario, en la actualidad destacan por la libertad de movimiento de cada persona que navega por la red. Partiendo de ese escenario, la Web 3.0 nacerá con la característica principal de la interconexión, según indican desde la compañía. El Internet de las cosas y la compatibilidad de dispositivos potenciarán la personalización de la web según cada persona. 

Las empresas, por lo tanto, deberán adaptarse a este nuevo panorama tecnológico si quieren mantenerse en el mercado. “Hay que tener en cuenta que casi el 30% de empresas españolas ya vende por Internet, lo que refleja su importancia en el comercio”, recuerda el experto francés. Para ello, hasta 2030 se prevé que haya una inversión cercana a los 3.500 millones de euros procedente de Europa para digitalizar las PYMES. También se confía, según el proyecto Brújula Digital de la Comisión Europea, en que en 2030 el 75% de empresas use big data o Inteligencia Artificial. 

Estas tecnologías serán fundamentales para la Web 3.0. Cada vez habrá que gestionar más datos. Y novedades como la Inteligencia Artificial, como ocurre ya con soluciones como Siri en Apple, permitirán que los sistemas se especialicen en cada usuario, encontrando las mejores coincidencias siempre que se entre a la web y mejorando la UX. En la actualidad, por el contrario, el usuario puede tener varias identidades diferentes en función de su correo electrónico o su usuario de alta en cada web. “En la Web 3.0 todo quedaría unificado, facilitando detalles como los procesos de compra, darse de alta en una plataforma o encontrar justo lo que se busca de forma más veloz”, subrayan desde Eskimoz.

Mayor seguridad

La Web 3.0 estará caracterizada por la mayor protección de datos personales, una de las grandes carencias del formato actual. La Web 3.0 estará descentralizada y desarrollada en cadenas de bloques. “Esto quiere decir que el único propietario de los datos será el mismo usuario, no la web a la que accedamos o la plataforma en la que nos demos de alta”, indica Marius. Respecto a la cadena de bloques, está dentro de lo que se considera blockchain, “y a cada bloque de información se crea una cadena, lo que permite dejar constancia de todo movimiento a la vez que dificulta un posible robo de datos”.

La seguridad de los datos personales es una de las grandes reclamaciones que vienen haciendo los usuarios. Según un estudio del ONTSI (2021), casi el 74% de internautas españoles calificó como mejorable o muy mejorable el uso de datos personales. De hecho, la UE ya prepara unas redes sociales propias, también descentralizadas, que impidan que las plataformas estadounidenses sigan recabando datos personales de usuarios europeos.  

Personalización total

La Web 3.0, cuya fecha de inicio aún se desconoce, tendrá como objetivo brindar a cada usuario una experiencia única y propia cada vez que entre en la web. Una especie de unificación de datos que simplificará procesos de compra y acceso a las diferentes plataformas. “Al tener el usuario una única identidad, todos los datos se recopilan en la misma cadena de bloques. Hay seguridad y, además, facilidades para el usuario al no tener que introducir sus datos constantemente y a diferentes propietarios como ahora”, explica Maxence Marius.

Además, indican los expertos de la agencia Eskimoz, la cada vez más amplia presencia de wearables y dispositivos similares permitirá que haya más información para que la Inteligencia Artificial conozca al usuario. “A más información, más facilidades para que el sistema encuentre lo que buscamos”, espeta Marius.