El entorno digital ha hecho mella en todos los sectores y el retail no es ajeno a este cambio que ha dado lugar a un nuevo entorno en el que todo gira alrededor del cliente y la experiencia, y no al producto en sí. Una nueva realidad en la que los minoristas tienen que adaptarse si quieren sobrevivir. Como indican desde Prodware, en este proceso de adaptación es clave la tecnología para poder acercarse e interaccionar con los consumidores.
Hoy el consumidor está en distintos canales y está rodeado de nuevas tecnologías, con lo que no solo han cambiado los hábitos de compra sino también la manera de relacionarse con las marcas.
A día de hoy esta comunicación se realiza a través de distintos canales o puntos de interacción: desde la web o el Smartphone, a las redes sociales y la tienda física. Teniendo esto en mente, las marcas deberán ofrecer una experiencia única y homogénea pues la experiencia online es una prolongación de la experiencia en la tienda. Hablamos de una experiencia omnicanal.
Tecnología en la tienda física
Como hemos comentado, el consumidor de hoy es cada vez más móvil y omnicanal, no solo acude a la tienda física sino que busca descuentos o información sobre un determinado producto/servicio a través del móvil. Los minoristas tienen que adaptarse a las nuevas necesidades y exigencias de sus clientes y la tecnología es clave para acercarse e interaccionar con ellos.
- El probador virtual. Gracias a este tipo de probador, los clientes no tendrán que probarse la ropa y podrán ver de manera sencilla e inmediata cómo les sienta. El proyecto de Rebecca Minkoff y eBay es un ejemplo de ello, donde los clientes al acceder al probador, van a poder cambiar la luz o pedir aquellas tallas o colores que necesiten.
- Los beacons. Esta tecnología está basada en la localización de dispositivos móviles cercanos y la información recogida sobre el comportamiento del usuario en ese momento, para enviarle mensajes. Con esta información la marca puede personalizar mensajes con saludos, promociones o descuentos que inviten a visitar la tienda. Es una nueva forma de comunicarse con los clientes de manera más personalizada que además aporta al retailer valiosa información sobre el comportamiento del consumidor.
- La realidad aumentada. Es decir, la suma de lo real y lo virtual y que va a permitir que clientes reales y potenciales, experimenten una nueva forma de interactuar con los productos. El año pasado Ikea incluyó esta tecnología en su catálogo de 2014, dando la posibilidad a sus lectores de visualizar los distintos muebles en el interior de sus casas para ver así cuál era el que mejor se adaptaba.
Tecnología móvil
Es una realidad que la tecnología móvil (teléfonos móviles, smartphones y tabletas) se ha convertido en una herramienta clave en diferentes momentos del proceso de compra. De ahí la popularidad de tendencias como el efecto ROPO (buscar online y comprar offline), el showrooming (mirar y probar el producto en la tienda física para luego adquirirlo de manera online) o BOPI (comprar online y recoger en la tienda que están marcando las compras de los consumidores.
Asimismo y relacionado con la tecnología móvil, han aparecido distintos métodos de pago móviles como:
- Tecnología NFC, donde se realiza el pago a través del Smartphone. Se estima que en torno al 5% de los teléfonos equipados con NFC se utilizarán para pagar al menos una vez al mes para finales de 2015 de acuerdo a un informe de Deloitte. Apple y Google utilizan esta tecnología como medio de su nueva plataforma de pago: Apple Pay y Google Play, respectivamente.
- Códigos QR. Compañías como Vips o Starbucks ya están apostando por este modelo que permite a los clientes realizar pagos móviles a través de códigos QR que el propio retailer escanea.
- Apps. Yaap (creada por Telefónica, Banco Santander y la Caixa) o Wizzo son dos aplicaciones que permiten enviar y solicitar dinero entre personas.
Estas nuevas tecnologías son solo una parte de lo que está por llegar. Está claro que los retailers tienen que reinventarse y adaptarse a las nuevas tendencias en tecnología pero sin olvidarse de las necesidades y experiencias del consumidor omnicanal.