líderes personalistas

A la hora de emprender un negocio, el empresario se encuentra con la encrucijada de mantenerse durante un tiempo inmerso en un proceso de crecimiento donde todas las responsabilidades recaen sobre él, como son las de tipo financiero, comercial o de marketing. En múltiples ocasiones esta dedicación le obliga a no poder dedicarse a aspectos importantes, como por ejemplo la oportunidad de poder expandirse en un futuro próximo.

Este tipo de managers ejercen lo que se conoce como el ‘híperliderazgo’, que tiene ventajas si la empresa es pequeña, pero se convierte en un problema cuando el negocio comienza a crecer.

Algunas de las señales de este perfil de líderes, y las medidas para poder evitarlo son:

El cuello de botella vs. creación de un comité de dirección

Mantener de primera mano todas las relaciones que conlleva una empresa convierte al directivo en una especie de ‘cuello de botella’. En este contexto el manager generalmente si atiende al equipo lo hace a destiempo, si es el único que habla con los delegados, estos tienen que esperar a tener su visto bueno… situaciones en las que al final la toma de decisiones las hace solo.

Una solución ante esta situación puede ser la creación de un comité directivo para analizar el estado de la compañía cada cierto tiempo, tomando en cuenta la opinión de sus integrantes para que finalmente el emprendedor sea quien decida.

Además es una buena práctica a tener en cuenta como indicador para medir al equipo directivo, y que a su vez estos lo hagan en su equipo.

líderes personalistas El ejecutivo florero vs. empleados/socios

Es muy difícil que una misma persona tenga generalmente cinco buenas ideas seguidas, por lo que en muchas ocasiones lo que hace el equipo es aprender a ‘dar la razón’ al jefe, independientemente de si las ideas son buenas o no.

Un señal de esta clase de ejecutivos suele ser que van a las reuniones acompañados, y al final sólo habla él.

Para remediarlo se debe optar por premiar con un bonus a los trabajadores que funcionan bien a lo largo del tiempo, e incluso a hacerles socios si demuestran su valía y compromiso.

La distribución de responsabilidades

Al ejercer el liderazgo hay ciertas cosas que probablemente se hacen sin ninguna apetencia. Es ese el momento en el que se debe plantear un reparto de responsabilidades, porque al final no es necesario ni que todo pase o lo haga la misma persona, ni que sea la que tome todas las decisiones empresariales.

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