Hay muchos modos de emprendimiento. Los ejecutivos en España no encuentran hueco en las empresas y emprender no siempre es posible. Pero una formación y una experiencia tan brillante no debe quedarse en nuestro país oxidándose o empeñados en reciclarse con una falta evidente de competitividad respecto de los que sí son emprendedores de verdad, sino que podría ser utilizada para colonizar otras empresas por el mundo y generar Marca España como suministradora de talento directivo internacionalmente.
Desde el gobierno se fomenta mucho el autoempleo y el emprendimiento como medio de reinventar y reorientar la vida profesional de las personas que han sufrido la crisis.
Según esta política plasmada en leyes, se favorece poner al cerebro a funcionar, pudiendo ser muy provechoso para el emprendedor y para la sociedad que puede ver nuevos productos y servicios que antes no existían.
Esto va muy ligado a los cambios de paradigma sociales, de rutinas de vida, de costumbres y culturas.
Pero no todo el mundo puede ser emprendedor. Los motivos son muchos: la falta de preparación, la falta de medios económicos, la conciliación familiar, los tiempos de evolución de una idea desde su semilla hasta que empieza a funcionar, el carácter del sujeto…
Hay otro modo de emprender que es dentro de la propia empresa: las empresas se tienen que reinventar también y transformar. Lo bueno de estas transformaciones es que es difícil prever el camino y su finalidad. De ahí que haya hueco para otro tipo de emprendedores dentro de la estructura empresarial.
Quizás la Ley de Emprendimiento debiera haber tenido en cuenta el Interim Management dentro de este contexto.
Una vez vistas estas posibilidades, en España hay un exceso de ejecutivos que ahora se ven avocados a “hacer” en lugar de “hacer hacer”.
Después de tanta formación, después de tanta dedicación, después de tanta dificultad en la conciliación familiar… ahora, hay que “reinventarse”.
Parece que el único camino es el emprendimiento, con lo cual hay que aprender nuevas habilidades y conocimientos… ¿no es esto un despilfarro del talento? Estos ejecutivos formados y con experiencia no debieran reinventarse en algo nuevo, sino en transformarse y utilizar sus competencias en lugar de hacer un “borrón y cuenta nueva”.
Es por ello que el emprendimiento fuera de la empresa es un desperdicio de ese talento ejecutivo, además de una falta de competitividad respecto de los verdaderos emprendedores, llamémoslos “vocacionales” quienes ya tienen los conocimientos y habilidades.
Por lo tanto, estos ex – ejecutivos, para emprender ya tienen un primer condicionante: deben asociarse con la persona que tenga las habilidades y conocimientos necesarios y, además, que estos dos asociados tengan unas condiciones personales similares para que el proyecto empresarial se desarrolle según las expectativas de ambos. Encontrar al socio adecuado no siempre es posible.
Parece evidente que no todo el mundo puede ser emprendedor, a veces por carácter y a veces porque no se dan las circunstancias económicas, de socios, familiares…
El gobierno parece reacio a ayudar a emprender una nueva vida laboral en el extranjero a todo el talento acumulado y ocioso (no por ganas). Hemos oído y leído a ministros y opositores criticar el éxodo de talento a países extranjeros. También es curioso que este tipo de emprendimiento no se contemple en la ley de emprendedores.
Al no favorecer que nuestro talento ejecutivo se desarrolle fuera de nuestro país, en lugar de retener talento, lo que está pasando es que se “oxida” el talento.
En la actualidad, cuando un ejecutivo busca proyectos fuera de España, en el país de origen apenas hay agencias de contratación y el sujeto debe desplazarse al país de destino por sus propios medios con un networking muy precario, a parte de los gastos para una larga temporada y la distancia de la familia.
El que se va a buscar proyectos en estas condiciones no tiene asegurado el éxito, pero sí tiene asegurado un gasto enorme de ilusión, energía y dinero.
Finalmente regresan fracasados y sin dinero o aceptan cualquier cosa.
De este modo, somos percibidos en el extranjero como una mano de obra excelentemente cualificada y barata. Y esta imagen no es buena para la Marca España.
Es en este sentido donde habría de facilitarse este tipo de emprendimiento. Aprovechar más los organismos como el ICEX y apoyar a las empresas de contratación en origen para que nuestros profesionales lideren los mejores proyectos en todo el mundo con una retribución acorde.
Por todos lados del mundo puedes encontrar ejecutivos Alemanes, Estadounidenses, Chinos, Japoneses, Canadienses… Todos estos países se expanden por el mundo a través de sus empresas y también a través de sus ejecutivos en empresas de otros países.
Muchas veces se dice que el idioma es el problema de los ejecutivos españoles, pero esa es la explicación fácil. Y si no, habría que reflexionar por comparación en cómo es la formación en idiomas y de un oriental o más aún, cómo es la cultura de un oriental respecto a la de un occidental…
En el fondo, los ejecutivos españoles parten con ventaja cultural por ser occidentales. Así pues, la barrera del idioma no parece ser tan trascendente, sino la falta de políticas adecuadas para la expatriación del talento.
Un mundo donde se valore el talento ejecutivo de los españoles, donde los puedas encontrar en cualquier empresa del mundo y que se les reconozca como eficientes y valiosos, es una gran aportación a Marca España… igual que han hecho otros países, en nuestro caso el talento ejecutivo debiera ser Marca España.
Esto se realizará desde el apoyo decidido, evitando la discusión política de la “perdida de talento en España”. Porque lo que haríamos sería ganar talento en el mundo.