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Después de toda la vida escuchando que la clave para reducir el estrés está en no llevarse el trabajo a casa, llega un estudio que afirma lo contrario: cambiar del modo trabajo al modo familia consume unos recursos que afectan al rendimiento laboral y a la satisfacción personal.

¿Te llevas el #trabajo a casa? No desconectar podría tener sus beneficios Share on X

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La investigación ha sido publicada en la revista Human Relations, y lo que han hecho sus responsables ha sido analizar las transiciones cognitivas; es decir, los procesos mentales que tienen lugar cuando pasas del modo trabajo al modo vida personal.

Los recursos que se consumen al pasar de un momento a otro son bastantes, y pueden afectar a ambas esferas de tu vida, tanto a la personal como al rendimiento en el trabajo.

Por tanto, quizás a largo plazo la solución pasaría por integrar las dos facetas, en lugar de segmentarlas.

En este sentido, el teletrabajo podría ser una estrategia mejor a largo plazo.

Sin embargo, la postura más aceptada sigue defendiendo la necesidad de desconectar lo máximo posible para reducir el estrés.

El mejor consejo sobre el equilibrio entre trabajo y vida personal era hasta ahora crear límites más rígidos entre ambos. Por eso, muchos de nosotros tratamos de establecer reglas estrictas sobre cuándo y dónde comprobar el correo electrónico corporativo, y con qué frecuencia podemos o no traer tareas laborales a casa.

Cambiar de rol consume muchas energías

Las distinciones estrictas entre los roles como trabajador y los roles en el hogar pueden estar contribuyendo al estrés.

¿Llevarse el trabajo a casa? No desconectar podría tener sus beneficiosPara entenderlo, la «transición de rol cognitivo» juega un papel crucial. Según explican los investigadores, este proceso sucede cuando estás en el trabajo, pero tienes pensamientos relacionados con tu familia y tienes que cambiar de rol.

Normalmente estos cambios son fáciles y efímeros (por ejemplo, recordar que tienes que felicitar a un familiar por su cumpleaños), pero cuanto más alejados y distintos sean los roles, más grande es la transición y más recursos cognitivos exige.

Acercar física y mentalmente estos roles podría reducir el agotamiento de cambiar de modo constantemente, ayudándonos a controlarlos mejor.

Y es que durante la investigación, los expertos descubrieron que las personas con límites más difuminados experimentaban más transiciones de roles cognitivos, pero se cansaban menos.

Sin embargo, cuando intentaban mantener los dos ámbitos separados les costaba más y perjudicaba su rendimiento.

¿Cómo no tener la sensación de pasarte todo el día trabajando?

La idea sería no estar siempre pendiente de tus tareas, sino encontrar la mejor forma de compaginarlas con las cuestiones personales.

Por eso, desde la investigación sugieren programas de trabajo flexible, que ya han demostrado que aumentan la productividad en algunas empresas.

Estar hiperconectados hace cada vez más difícil separar los distintos ámbitos de la vida. Salir de la oficina ya no significa necesariamente haber terminado de trabajar.

Por eso, quizás deberíamos adaptarnos a estos cambios en lugar de luchar contra ellos.

Jeroen Sangers, consultor especializado en mejorar el rendimiento de personas, equipos y organizaciones, está de acuerdo y asegura que «en lugar de buscar la separación deberíamos encontrar el equilibrio, y aprender a distribuir nuestra atención de forma dinámica según las necesidades de cada momento«.

Beneficios demostrados

Un estudio de la Escuela de Negocios de Columbia y la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan ya muestra los beneficios de jugar con los límites borrosos a nuestro favor.

Según esta investigación, la mayoría de las personas utiliza el tiempo de camino o de vuelta del trabajo para leer, escuchar música o distraerse con el móvil: son quienes separan vida personal y laboral.

Sin embargo, las personas con niveles más altos de autocontrol utilizan su tiempo en el transporte de manera diferente: piensan en el día que les espera, en cuáles son sus objetivos y en lo que tienen que hacer al llegar.

Es cierto que este segundo grupo de personas ha empezado a trabajar incluso antes de llegar a la oficina, pero eso les ayuda a hacer la transición de lleno a una mentalidad más productiva y aumenta la concentración.

Los investigadores aseguran que las personas que utilizan estas técnicas de integración están más satisfechas con su trabajo.

Fuente Retina