Cuando hablamos de generación de marca sin duda el color como elemento de identidad es un activo clave. No hay más que pensar como algunas de las marcas más icónicas y reconocidas a nivel mundial utilizan un solo color en todo su universo visual.
Color, menos es más. Un artículo de @FBarrenecheaf Clic para tuitear
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Pensemos qué marcas y colores vienen a la mente. ¿Tiffany y Facebook? Azul, ¿Starbucks y BP? Verde, ¿Coca Cola y Marlboro? Rojo.
Estas son solo un ejemplo de marcas que, al igual que otras muchas, han construido su presencia y reconocimiento a través de la consistencia a lo largo de los años en la utilización del color como elemento de su equity.
Sin duda el color supone un elemento muy poderoso para establecer una presencia consistente y coherente de marca, especialmente en términos de reconocimiento en el mercado.
Una vez reconocida está realidad, la primera cuestión es determinar si se debe usar un solo color o varios.
La respuesta a priori es sencilla, las marcas que se construyen entorno a un solo color son más reconocibles, mas consistentes y por lo general obtienen mejores resultados entre los consumidores. Muestra de ello es que el 95% de las marcas más valiosas del mundo, Interbrand Best Global Brands 2016, utilizan solo uno o dos colores en su identidad; dominando la utilización del azul seguido del rojo.
La segunda cuestión es un poco más complicado, ¿qué color elegir?, determinar qué color va a representar con mayor eficacia los valores y la personalidad de la marca.
El color es uno de los elementos de la identidad visual que más influyen en la conexión con los consumidores -recomiendo leer “Psicología del color” de Eva Heller–, pudiendo provocar respuestas positivas o negativas en los consumidores en función de la categoría en la que la marca viva.
Es cierto que hay colores y sus tendencias que son genéricos en determinadas categorías, muy relacionado con la relación que los consumidores tienen con estos productos. Por ejemplo, la utilización del verde para productos frescos o el negro para el lujo.
Más allá de esto, si queremos diferenciarnos y ser relevantes, independientemente de la industria o la oferta de productos, cualquier decisión en torno al color deben basarse en una estrategia de marca sólida y una plataforma de comunicación que comunique de manera efectiva la esencia de la marca, tomando en consideración el entorno competitivo.
Lo anterior en ningún caso significa que una marca deba limitarse a la utilización de un solo color. La paleta de colores de una marca debe ser lo suficientemente amplia, incluyendo una rango secundario de colores que permita construir un territorial visual más rico y diferenciado, al tiempo que apoye la diversificación y diferenciación de sus productos o servicios.