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Una de las grandes beneficiadas de la crisis económica de 2008 fue la llamada marca blanca que vivió un momento de reinvención logrando cambiar los valores de marca que se asociaban habitualmente a ella. En este periodo, las marcas lanzaron versiones gourmet de sus productos de alimentación o adaptaron las tendencias de moda del mercado a sus marcas blancas (por ejemplo, lo bio y lo ecológico).

En definitiva, la marca blanca reposicionó su situación en el mercado y la crisis derivada de la pandemia obligará a volver a hacerlo. En este sentido, la firma de análisis Mintel destaca que la salida de la crisis pandémica implicará una cierta inestabilidad económica, que los distribuidores de marca blanca pueden aprovechar. “Los tiempos post-pandémicos crearán oportunidades a los retailers para generar nuevas capacidades para diferenciar a sus marcas propias de un mercado competitivo”, señalan en un análisis.

La crisis de hace una década aceleró el peso de la marca blanca en el mercado, la de ahora podría reforzarlo. La marca blanca afronta retos como acercarse al mercado local y ofrecer productos más sostenibles. Clic para tuitear

En el análisis de Mintel, señalan cuatro grandes tendencias que apuntalarán la estrategia de las marcas blancas en el mundo post pandemia:

Amazon marcará el ritmo

A medida que Amazon se hace más fuerte en ele mercado de la alimentación, más se abre el rango de sus marcas blancas y más las posiciona, online y offline en los países en los que ya hay tiendas Amazon Fresh y Amazon Go.

Así, el tirón de las marcas de Amazon podría obligar a las cadenas de retail a innovar mucho más, tanto dentro como fuera de la red y a mejorar su estrategia de marcas blancas para conectar con las audiencias.

Preferencia por lo local

Lo local está de moda y los consumidores se están centrando más en los productos de proximidad. Quieren más transparencia por parte de las compañías a la hora de compartir quién ha hecho sus productos, cómo y dónde, al tiempo que prefieren comprar lo cercano porque sienten que están apoyando así el ecosistema local.

Esto ocurre de forma general, pero también funciona para el mercado de la marca blanca. Estas marcas también tendrán que demostrar como están enriqueciendo las economías locales y conectar con los valores del lugar en el que se venden.

El lujo y las experiencias

Si hace unos años el gran cambio fue la aparición de lo gourmet en la marca blanca, ahora la estrategia de estas marcas tendrá que trabajarse los nuevos hábitos. Los consumidores están cenando más en casa y lo hacen buscando experiencias más lujosas y cercanas.

Por ello, muchas cadenas de restaurantes están ya lanzando sus productos para hacer en casa (desde kits de desayuno a productos listo para el consumo o congelados) vinculados a sus marcas. Las marcas propias de las cadenas de retail deben ser capaces de hacerse con su parte de reparto en esta tarta.

Sostenibilidad

La marca blanca también debe responder a las crecientes necesidades de sostenibilidad de los consumidores. En este sentido, Mintel apunta que este tipo de acciones no solo ayuda a posicionar a la marca blanca sino también a crear confianza con quien la vende. Una cadena de supermercados alemana, Rewe, ha convertido sus huevos en una manera de confirmar que respetan a los animales, mejorando así su potencial percepción de marca.

Fuente: Puro Marketing