“Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio” (Charles Darwin, El origen de las especies).
La manera en la que nos comunicamos, trabajamos, estudiamos, socializamos y nos ejercitamos ha cambiado durante estos últimos años.
El Covid-19 ha expuesto a aquellos que no veían valor alguno en modernizarse y que pensaban que su negocio podría funcionar solamente teniendo un punto físico.
El confinamiento ha traído cifras contundentes de cómo el mundo, y nosotros mismos, hemos tenido que cambiar de la noche a la mañana y adaptarnos a las circunstancias. Debido a la pandemia, muchas empresas, pudieron reaccionar justo a tiempo y vieron que el Diseño UX (proceso de mejorar la satisfacción del usuario y cumplir las metas del negocio de la mejor manera) es una herramienta sumamente necesaria para funcionar de una manera óptima en el mundo digital.
Muchos estuvieron preparados para hacer este cambio, y hacerlo bien, mientras que otros no se lanzaron a el cambio, o tuvieron que afrontar situaciones complicadas en el camino.
Según un análisis de la CEOE, que toma como base el índice de la cifra de negocio empresarial del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 20 sectores, con datos de febrero de 2020 y 2021, se han perdido 50.000 sociedades que estaban inscritas en la Seguridad Social de un año para otro y el tamaño de las pymes supervivientes se ha reducido.
En este nuevo futuro dominado por la tecnología, los negocios deben adaptarse lo antes posible para garantizar su supervivencia. El nuevo método de concebir las relaciones laborales ha demostrado su eficacia, y el rol que ha jugado la tecnología ha sido clave.
El análisis y la auditoría de los datos recogidos nos van a ayudar a consolidar posiciones y a adaptarse al mundo online que ha venido para quedarse. Share on XDe igual manera, para los empleados los cambios fueron drásticos. Las empresas se vieron obligadas a implementar el trabajo remoto de la noche a la mañana. Mientras tanto, los empleados demostraron que pueden ser productivos, aunque no estén en la oficina ni tengan un horario de 9 a 5.
Esta transformación digital trasciende la esfera de la economía y abarca mucho más. Hoy en día, una gran parte de nuestros hábitos y costumbres (consumo, negocio, ocio) pasa por el universo online. En este nuevo escenario, la transformación digital de las compañías ya no es una opción como ocurría hasta hace poco tiempo. Aquellas que no se adapten a las nuevas circunstancias se les hará difícil sobrevivir. Sin digitalización ni tecnología, el recorrido es corto.
Desde que se declaró la emergencia sanitaria en España, plataformas como Google o E magíster han detectado un incremento de las búsquedas relacionadas con la formación online: “cursos online”, “estudiar online”, “aprender desde casa”, “masters online”, “formación a distancia”, “centros o escuelas online” … En E magíster, de hecho, las búsquedas se han triplicado respecto a años anteriores.
Los cambios siempre van a venir, forman parte de nuestro mundo, y lo importante es ser versátil , no pensar que las cosas van a mantenerse para siempre de una única manera, sino, tal y como señaló Darwin, adaptarse a los cambios.
El mundo ha cambiado, nada que no se pudiera esperar, pero mucho antes de lo esperado. ¿Una revolución? Al menos un cambio anticipado, brusco, de prueba y error. Una única opción: seguir avanzando.
Durante este tiempo hemos levantado la mano, primado la adaptación al control. Supervivencia por encima de la superación. Había que seguir avanzando.
Y hemos aprendido muchas lecciones. Lecciones que se aprenden siempre que salimos de la zona de confort. A veces se necesita un pequeño incentivo para dar un salto, y lo que hemos tenido ha sido un empujón general que nos ha permitido mirar a los lados y ver que había mucha gente en la misma situación. Algo es algo para no parar, para seguir avanzando.
Pero ahora hay que respirar, que nos llegue algo de aire fresco. Realizar un stop & go para poder afrontar el futuro con más seguridad. Tenemos el tracking del recorrido, podemos ver las piedras que hemos saltado, las montañas que hemos coronado, los lagos que hemos fondeado. El análisis y la auditoría de los datos recogidos nos van a ayudar a consolidar posiciones y a estar más preparados para sortear los siguientes obstáculos.
¡Mirar hacia atrás y seguir avanzando!