La innovación no despega en España

Muchos indicadores muestran ya señales de recuperación económica, pero por mucho que repunte el PIB, la innovación no avanza al mismo ritmo. Según el informe “La inversión en I+D+i” publicado por la EAE Business School, España sigue a la cola en de Europa: las empresas de nuestro país invierten un 39% menos que en el resto del continente.

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El estudio de la EAE constata que entre el 2010 y el 2015 España experimentó una bajada de la inversión en I+D+i de 1.400 millones de euros, lo que representa una caída de un 9,71%.

La innovación no despega en EspañaMientras que, en los últimos años, la Unión Europea apenas ha variado el porcentaje del PIB que destinan a innovación (en torno a un 2%), en España esta cifra se ha rebajado al 1,22%.

Esto equivale a 283 euros anuales por habitante, es decir, casi la mitad que la media de la Unión Europea, y menos que Italia y República Checa.

En el resto de la Unión Europea, 24 de los países miembros países recuperaron o incluso superaron los niveles precrisis de inversión en innovación. Pero no ocurrió lo mismo en España.

Es algo sobre lo que la Comisión Europea, en su último European Innovation Scoreboard 2016, ya había puesto el foco: “Las divergencias de España con el resto de la UE se han incrementado en el tiempo, y se han agravado si se comparan con el 2008”.

Lo peor es que no solo no hemos avanzado, sino que hemos dado varios pasos hacia atrás.

En lo que se refiere a investigación y desarrollo, en los últimos cinco años hemos perdido la mitad de todo lo que habíamos ganado a comienzos de siglo para equipararnos a los niveles de la UE, con lo que ahora hemos vuelto al 2004. Se puede hablar de década perdida”, comenta Aleix Pons, director de economía de la Fundación Cotec.

El gasto en innovación debería crecer en los próximos años por encima del 4% anual para, por lo menos, no perder los niveles actuales.

Los motivos del estancamiento

El compromiso de los organismos públicos con la innovación tiene mucho que ver en esta desaceleración.

El Estado ejecuta tan sólo una mínima parte de lo que promete gastar en sus presupuestos, limitándose en muchos casos a dar incentivos o créditos.

Pero el sector privado tiene igualmente su parte de responsabilidad sobre estos datos. Las empresas siguen sin asociar innovación con riqueza, lo que se traduce en menor inversión.

El profesor de la EAE, Alberto Peralta, lo explica así: “La mentalidad empresarial española se centra en optimizar procedimientos existentes en lugar de financiar el desarrollo de proyectos nuevos”.

El estudio de la EAE detalla que las empresas que tratan de ser innovadoras se enfrentan, principalmente, a dos problemas: por un lado, las políticas públicas no estimulan la innovación con regulaciones, trámites, o ayudas más acordes con este tipo de actividades; además, las universidades y los centros de investigación no proporcionan suficientes recursos a las más innovadoras.

No todos los datos son negativos

También hay datos para pensar que la innovación en España está en proceso de recuperación.

2015 fue el primer año (desde el 2010) en el que se produjo un aumento en el valor absoluto del gasto en I+D+i. El alza respecto al 2014 fue de 350 millones de euros, equivalentes a un crecimiento del 2,74%.

Aunque eso sí, las mayores innovaciones tienen lugar en sectores ya consolidades, como turismo y calzado, en lugar de la alta tecnología.

Como señala Peralta, “el aumento de las exportaciones obliga a mantener unos niveles de I+D+i superiores, con el fin de no perder competitividad y presencia en mercados exteriores”.

La otra cifra positiva es que, al analizar el periodo 2010-2015, en España se registró un aumento del 6,78% en el número de solicitudes de patentes. Eso sí, a escala global, España tiene 11 países de la Unión Europea por delante en este ranking, una posición poco acorde con el volumen de su economía.

Si se combina el gasto en innovación y se compara con los ingresos que se obtienen a posteriori, las empresas catalanas pueden presumir de ser las que más rentabilidad alcanzan: entre el 3% y el 3,5% de su facturación procede del I+D+i.

Fuente La Vanguardia