Hace poco más de un año, Starbucks se sumó a la moda de los pedidos anticipados a través del móvil. Las ventajas para el cliente son claras; evita colas y acelera el proceso de compra. Sin embargo, esta tecnología ya está jugando en contra: las largas colas ahuyentan a los clientes que realizan el proceso de forma tradicional, en la tienda física.

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En el trimestre pasado, los pedidos móviles representaron al menos el 20% de las ventas durante las horas pico de tránsito en casi 1.200 tiendas Starbucks. El año anterior, sólo 13 de las cafeterías de la compañía podían decir lo mismo.

Las aplicaciones de pedidos anticipados impulsaron un 7% del total de transacciones el trimestre pasado, el doble de la cifra correspondiente al año anterior.

Un fenómeno, el de los pedidos anticipados; la firma de análisis Crone Consulting estima que en cinco años la mitad del total de las ventas en las cadenas de servicios rápidos se realizará digitalmente, antes de que el cliente ponga los pies en el local. En la actualidad, menos del 10% de las empresas estadounidenses ofrece esta opción.

El desarrollo de esa tecnología es tan veloz que las cadenas se ven obligadas a repensar cómo llevar adelante el negocio, desde poner una persona en la entrada para saludar a los clientes hasta agregar más espacios de estacionamiento rápido.

«Es necesario reelaborar el producto, el proceso y la gente para sacar esto adelante«, dice Richard Crone, máximo responsable de la consultora californiana. La opción de ofrecer pedidos anticipados pueden llegar a elevar un 30% la capacidad de una tienda, y si las empresas no lo manejan como se debe «podríamos ver cómo varias tiendas van a la quiebra«.

Fuente El Economista