Las Apps y el Big Data, aliados del sector alimentario

Conocer al consumidor y hacer perfiles, ajustar la demanda y la producción, minimizar riesgos o descubrir nuevos nichos de negocio. La industria de alimentación y bebidas está un paso por delante de otros sectores en el uso y manejo de las grandes bases de datos.

Las #Apps y el #BigData, aliados del sector alimentario Clic para tuitear

Tiempo de Lectura: 2 minutos

Las herramientas que ofrece el big data no solo no la asustan, sino que las ha incorporado como un compañero de viaje imprescindible.

Los datos sirven para hacer previsiones de demanda, ajustar las producciones de ciclos cortos y evitar pérdidas.

Hoy, ni la producción ni la demanda se dejan a la improvisación. Como apunta José Luis Molina Zamora, consejero delegado de Hispatec, la tecnología y las grandes bases de datos “nos permiten saber cuándo, cómo, dónde y por qué se van a comercializar esos alimentos”.

Por ejemplo, Florette comercializa verduras y hortalizas listas para consumir, ¿cómo consiguen ajustar la producción a la demanda? Con seis plantas de producción repartidas por toda la geografía española, la empresa es un ejemplo del manejo de los datos: producción de ciclos cortos y cantidades justas para satisfacer la demanda con un bien altamente perecedero.

Campofrío es otra de las empresas líderes en esta transformación digital y uno de sus últimos hitos es su nueva fábrica de Burgos.

Las nuevas instalaciones permiten automatizar mediante un control informático todos los procesos, desde que llega la materia prima a la fábrica hasta su salida al mercado para su consumo.

En palabras de Javier Álvarez, director de sistemas de información de Campofrío Food Group, “la capacidad de producción de la planta es ahora de unas 100.000 toneladas al año para producto cocido, curado y loncheado con la más avanzada tecnología de fabricación”.

Otro de los segmentos en los que el big data resulta casi obligatorio es en la previsión del mercado, en el que la industria está invirtiendo mucho ya que, en un sector tan sensible, las pérdidas pueden ser mortales.

Tecnología contra el desperdicio alimentario

Los datos son demoledores. Casi un 35% de los alimentos que se producen acaba en la basura, y de cada tres kilos de alimentos en origen, uno se pierde en algún punto de la cadena de suministro debido a los desajustes entre oferta y demanda. Pero el buen manejo del big data podría acabar con esta brecha.

Y es que las aplicaciones tecnológicas son una revolución en la llamada agricultura de precisión. Gracias a la información que recaban los satélites, se puede tener una visión y control completo de, por ejemplo, dónde se produce una infestación o un crecimiento anómalo de malas hierbas.

Una información que resulta tremendamente útil para dimensionar el alcance de los daños, atacar el problema en el punto concreto donde se produce y evitar pérdidas colaterales.

En la llamada agricultura inteligente también se han incorporado los denominados mapas vectorizados del territorio, en los que metro cuadrado a metro cuadrado se puede saber, por ejemplo, qué proporción de productos agroquímicos hay que utilizar. De esta forma se evitan los tratamientos invasivos y masivos.

Desde la FIAB, Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas, también se destaca y apoya el esfuerzo que realiza el sector para innovar en sus productos y adaptarse a las necesidades de los consumidores: “Es una tecnología práctica y útil y los resultados se ven de forma inmediata”.

Fuente Cinco Días