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Con el fin de no entorpecer el funcionamiento de su plataforma, Uber ha lanzado un programa piloto en Estados Unidos que multará a los usuarios que no estén en el punto de cita dos minutos más tarde de la hora pactada.

Una vez transcurran los ciento veinte segundos, el contador de Uber se pondrá en marcha y comenzará a cobrar como si el usuario estuviera dentro del coche. Si el contador llegase a los cinco minutos, el conductor se marchará y al cliente se le cobrará la tasa habitual por no comparecer.

De momento las pruebas se están llevando a cabo en Nueva York, Nueva Jersey, Phoenix y Dallas, con el objetivo que, dependiendo de los resultados obtenidos, finalmente la compañía decida extender el cobro por espera a otros países.

Desde TechCrunch explican que obligar al usuario a pagar por llegar dos minutos tarde elimina una de las principales ventajas de la compañía, como es su precio frente a otros sistemas de transporte tradicionales, como son los taxis.

De momento Uber pierde cerca de 1.000 millones de dólares cada semestre, por lo que con esta nueva regla pretende solventar la queja de los conductores y mejorar el rendimiento de la compañía.

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