Una vez que llega la temporada estival, las marcas deben reajustar sus estrategias para adecuarse a las pautas de comportamiento de los consumidores que están de vacaciones. En este periodo suele bajar el consumo tradicional que migra a otro terreno, interactuando con los hoteles online y renunciando a la rutina del resto del año.
En verano aparece el consumidor “beach-towel commerce”, según lo han llamado en The Drum, que es aquel que compra desde la toalla de la playa.
Esta situación se debe sobre todo a la llegada de los dispositivos móviles, que han convertido a sus dueños en usuarios multitarea, y ha supuesto la apertura del eCommerce, donde hay oportunidades para consumir las 24 horas. Además los compradores se han acostumbrado a aprovechar los viajes en transporte público para consumir y hacerse con productos, denominándose esta acción como “commuter commerce”.
Tal como explica un reciente estudio de una muestra estadounidense, en el mes de julio el 50% de los estadounidenses que se van de vacaciones usan los smartphones y tablets para navegar e investigar sobre los productos que más les interesan desde la playa.
Esta acción tiene que servirle a las marcas a no bajar nunca la guardia, más cuando hay más tiempos muertos, ya que el consumidor siempre está conectado y puede estar al acecho de la marca.
Por otro lado, es importante tener presencia en el terreno móvil, asegurando que sus webs sean mobile-friendly, pero sobre todo ofrecer una experiencia de calidad en un entorno más limitado. Si los consumidores acceden a sus productos en un entorno con múltiples distracciones, como es la playa, la empresas deberán hacer que todo lo que quieran encontrar lo hagan de manera directa y sencilla.