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La pandemia ha generado cambios a todos los niveles en muchos sectores de actividad. Uno de los impactos más significativos tuvo lugar en las cadenas de suministro a nivel mundial, con la pérdida de libertad de movimiento y el abrupto parón de los sistemas productivos, logísticos y comerciales, que derivaron en escasez de productos y retrasos en las entregas.

Analizar los riesgos end-to-end, revisar las prioridades estratégicas o ganar agilidad son algunos de los retos a corto plazo que deben afrontar las compañías para garantizar la sostenibilidad en las cadenas de suministro. Clic para tuitear

En este contexto, la sostenibilidad se ha convertido en un reto inminente para las cadenas de suministro, según el estudio realizado por EY y EcoVadis, en el que se han analizado las prácticas corporativas actuales sobre cómo se gestionan las cadenas de suministro.

Estado actual de las empresas españolas

Según detalla el informe, aunque un 10% de las empresas españolas evaluadas tiene políticas de compras que vigilan tanto aspectos ambientales como sociales, el 50% no dispone de ninguna política de compras sostenibles. No obstante, cabe destacar que el 26% cuenta con un código de conducta en materia de sostenibilidad específico para proveedores y un 19% incluye cláusulas de sostenibilidad en los contratos comerciales con los mismos.

En cuanto a las herramientas de evaluación utilizadas en la cadena de suministros, el 35% de las empresas analizadas lleva a cabo evaluaciones auto-declarativas periódicas de los proveedores en materia social o ambiental, y casi un 6% realiza análisis de riesgos pormenorizado por categoría de compra.

Desafíos a corto plazo

Teniendo en cuenta la situación de las organizaciones españolas en materia de sostenibilidad, el estudio resalta algunos retos a corto-medio plazo que las empresas deberían afrontar para garantizar los avances realizados para una gestión más responsable de la cadena de suministro. 

Analizar los riesgos end-to-end facilitará la capacidad y la rapidez de respuesta, a todos los niveles de la cadena y con todos los socios involucrados, proveedores y logística.

Visibilidad en tiempo real: solo un 6% del tejido empresarial consultado mostraba un nivel de confianza elevado en su capacidad de visibilizar todos los ciclos de su cadena de suministro a través de sus sistemas. Mejorar este aspecto redunda en reducción de costes y contribuye a sincronizar de forma más efectiva las fluctuaciones entre oferta y demanda con precisión.

Agilidad: las disrupciones han demostrado que las cadenas de suministro, lejos de ser un sistema lineal y rígido, deben ser tratadas como sistemas reticulares, móviles y ágiles. Contar con las capacidades de monitorización y con un sistema de riesgos basados en diferentes escenarios posibles, mejora la agilidad y anticipación en momentos de incertidumbre e inestabilidad.

Resiliencia: aumentar la capacidad de adaptación a las circunstancias es un objetivo esencial en el medio plazo.

Revisar las prioridades estratégicas: las compañías deben llevar a cabo un ejercicio de ajuste de las prioridades estratégicas de cada categoría de aprovisionamientos y, en consecuencia, revisar las relaciones mantenidas con los proveedores.

Para las empresas autoras del estudio, la crisis actual ha intensificado aún más la necesidad de ubicar la sostenibilidad en el centro de los negocios como “palanca para impulsar el cambio”, y esto tiene que trasladarse a las compras y las cadenas de suministro.

Fuente: IT User