La nueva estrategia de la robótica: fusionar la mente humana con la artificial

Una startup de Canadá llamada Kindred AI está enseñando a los robots a ejecutar tareas complejas de forma hábil y a velocidades superhumanas. Para ello, está emparejando a las máquinas con «pilotos» humanos que llevan cascos de realidad virtual y sujetan mandos de rastreo de movimiento.

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La tecnología permite adentrarse en cómo será la futura colaboración entre los humanos y las máquinas, y demuestra que la estrategia de aprovecharse de las capacidades humanas podría amplificar las de los sistemas automatizados.

Kindred AI espera que el aprendizaje asistido por humanos dé lugar a un nuevo tipo de inteligencia artificial más potente. Su enfoque, conocido como aprendizaje asistido por humanos, consiste en que las máquinas aprendan directamente de las acciones ejecutadas por pilotos para decodificar su lógica.

La nueva estrategia de la robótica: fusionar la mente humana con la artificialActualmente la empresa está probando brazos robóticos industriales convencionales capaces de agarrar y colocar objetos complicados de manipular, como pequeños artículos de ropa.

Para lograrlo, los brazos pueden pedir ayuda a un equipo humano, el cual emplea un hardware de realidad virtual para visualizar el reto y asumir el control temporalmente.

«El piloto puede ver, escuchar y sentir lo que el robot está viendo, escuchando y sintiendo. Cuando el piloto actúa, esas acciones pueden mover al robot«.

Así lo explica el cofundador y CEO de Kindred AI, Geordie Rose, quien añade: «Esto nos permite enseñar a los robots a actuar como personas. Los humanos no somos los más rápidos ni los mejores en todos los aspectos del control robótico, como colocar cosas en ubicaciones específicas, pero aún así rendimos mejor a la hora de interpretar situaciones complicadas o imprevistas«.

El sistema de Kindred AI emplea varios algoritmos de aprendizaje automático e intenta predecir cuál conseguiría el resultado deseado. Si ninguno le resulta útil, entonces pide asistencia humana, y los algoritmos aprenden de las acciones del piloto.

La patente incluso describe la posibilidad de que animales, como monos, controlen tales sistemas. Aunque es simplemente una idea y no están ensayando con ningún animal actualmente, sí que tienen un gato robótico, entrenado mediante aprendizaje reforzado.

Un reto complicado

Los retos técnicos de aprender mediante la teleoperación humana no son baladíes. El profesor adjunto del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU) Sangbae Kim, que trabaja en robots humanoides teleoperados, afirma que mapear el control humano para que la máquina replique la acción es increíblemente complicado.

«El primer reto consiste en rastrear el movimiento humano mediante unos rígidos acoplamientos en la piel humana. Esto es extremadamente difícil porque somos animales de endoesqueleto. Y un reto aún mayor consiste en entender bien todos los detalles de los pasos de la toma de decisiones de los humanos, la mayor parte de los cuales se producen a nivel subconsciente«. Una opinión que no parece frenar a los fundadores de Kindred IA.

Fuente Technology Review