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La transformación digital ha llegado para quedarse, y no hablamos únicamente de utilizar más los medios informáticos para nuestro trabajo. Hoy queremos hablar de las metodologías agile  y cómo  pueden aplicarse en una empresa. Algo que aprenderás perfectamente si tomas este curso de metodologías agiles para empresas.

La transformación digital ha llegado para quedarse, y no hablamos únicamente de utilizar más los medios informáticos para nuestro trabajo. No te pierdas estas claves para implementar y gestionar la metodología agile en las organizaciones Clic para tuitear

¿Qué son las metodologías ágiles?

Cuando nos referimos a métodos ágiles, estamos hablando de un conjunto de pautas que se han implementado (especialmente en el campo del desarrollo de software) para abordar un proyecto de una manera específica. Esto permite que el modelo de trabajo se adapte a las diferentes condiciones que enfrenta el proyecto en las diferentes etapas.

Con estos métodos, se puede conseguir una hoja de trabajo más flexible, que se ajuste en todo momento a las necesidades del proyecto. Esto permite encontrar la respuesta correcta para una situación específica lo más rápido posible.

Aunque existen diferentes formas de trabajar, uno de los aspectos principales de los métodos ágiles es la división de cada fase de un proyecto en ciclos iterativos. En cada ciclo se establecen integrantes que deben trabajar en conjunto y participar en el desarrollo, independientemente de su especialización.

Los valores fundamentales de la metodología agile

  • Las personas y las interacciones son más importantes que los procesos y las herramientas: Las organizaciones ágiles entienden que los procesos y las herramientas son fundamentales para completar los proyectos, pero son las personas las que están involucradas y deciden qué llevar a cabo. Esto significa poder crear equipos flexibles para autogestionarse, estableciendo roles claros y priorizando tareas clave.
  • La entrega efectiva es más importante que la documentación excesiva: Continuando con la comparación anterior, podemos decir que la documentación es útil y necesaria para todos los proyectos, y muchos equipos se encargan de recopilar y documentar la información en detalle. Sin embargo, en última instancia, el valor real de lo que se entrega al cliente debe ser funcional y efectivo, razón por la cual las metodologías ágiles se enfocan en hacer avanzar los proyectos. La organización de bloques de trabajo y entregas parciales asegura que se alcancen los objetivos.
  • La cooperación con el cliente es más importante que la negociación del contrato: El cliente a menudo se ve como un participante externo en el proyecto, importante solo en el comienzo y el final del proyecto. Su contribución no pasa de firmar un contrato y cumplirlo al final del proyecto, algo que no ocurre con las metodologías agile. En este caso, se busca un enfoque dual compartido, en el que los clientes puedan intervenir en cualquier etapa del proyecto y aportar su opinión. Por lo tanto, el proceso es más orgánico y se desarrolla completamente de acuerdo con las expectativas del cliente.
  • Responder a los cambios es más importante que seguir un plan: Como señalamos a lo largo del texto, la adaptabilidad es una de las claves para conseguir un enfoque ágil. Los tiempos de ciclo cortos y la monitorización de cada etapa permiten afrontar problemas, modificaciones o tecnologías obsoletas durante el desarrollo del producto. Esto evita tener que realizar un análisis retrospectivo al final del proceso para corregir posibles fallos.