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Los datos se han convertido en un activo estratégico de las compañías para impulsar su crecimiento y competitividad. Desarrollar una gestión inteligente y ética de los datos es esencial para acceder a un conocimiento exhaustivo de los clientes y reforzar el engagement.

Entrevistamos a Richard Benjamins, Cofundador & Vicepresidente de OdiseIA y Chief AI & Data Strategist en Telefónica, para conocer cuáles son las claves para hacer un uso efectivo de los datos y extraer su máximo potencial.

¿Cómo es una empresa data driven?

Una empresa data-driven implica que los datos son considerados y tratados como un activo estratégico y gestionados de manera correspondiente. Todas las decisiones importantes están soportadas por información relevante generada a partir de los datos, aplicando analítica y algoritmos según necesario.

¿Es posible medir la madurez de una empresa respecto al uso de los datos?

Existen varios modelos de madurez para gestionar los datos como explicado en el libro DAMA-DMBOK, Data Management Body of Knowledge. Pero la gestión del dato no es lo mismo que crear una empresa data driven. La madurez del data-driven se puede medir a través de seis dimensiones. 1) la madurez de las plataformas IT y las herramientas, 2) la madurez en la gestión de la privacidad, 3) la gestión del dato y su gobernanza, 4) la madurez de la organización, 5) los perfiles y los profesionales del dato, 6) el uso del dato para crear valor en el negocio.

Para medir la madurez en data-driven de una empresa, se puede asignar a cada dimensión un grado de madurez de uno a cinco. Y con eso se puede crear un mapa de una multinacional de la madurez de cada área de negocio o geografía con respecto a data-driven. Además, se debería medir y reportar la madurez cada seis meses o cada año, para ver su evolución hacia el objetivo. Esta temática, y muchas más para avanzar en el “viaje de datos” las comento en mi libro: A Data-Driven Company: 21 lessons for large organizations to create value from AI, que actualmente se está traduciendo al español y el chino.

Entrevistamos a Richard Benjamins, Cofundador & Vicepresidente de OdiseIA y Chief AI & Data Strategist en Telefónica, para conocer cuáles son las claves para hacer un uso efectivo de los datos y extraer su máximo potencial. Clic para tuitear

La seguridad y confidencialidad de los datos es uno de los grandes desafíos que ocupan a las compañías en el contexto actual ¿Qué aspectos deben tenerse en cuenta para hacer un uso ético de los datos?

Seguridad y la privacidad de los datos están reguladas por la GDPR, la regulación europea de protección de datos. Las organizaciones no tienen opción y tiene que cumplir con ella. Pero la ética va más allá del ámbito jurídico. Para tener en cuenta la ética de los datos, una organización tiene que rendir cuentas del impacto ético y social del uso de los datos, más allá de la ley. Esto es algo que se cogiendo mucha fuerza, no solo la ética de los datos sino también la ética del uso de los algoritmos. Cada vez hay más iniciativas tanto legislativas como privadas que se enfocan en las llamadas principios éticas de los datos y la inteligencia artificial, como el “AI Act” de la Comisión Europea y la iniciativa “GuIA” del Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial (OdiseIA).

En un mundo tecnologizado ¿Cuáles son las claves para alcanzar una convivencia armónica entre seres humanos y artificiales?

Para una convivencia armónica se necesitan la colaboración y actuación de tres grupos de interés distintos:

  • Los ciudadanos tienen que aprender a ser más consientes con qué datos comparten con quien. Actualmente se captan muchos datos personales que quizás no se deberían poder captar tan fácilmente
  • Las empresas deben evaluar de manera más seria los impactos sociales y éticos del uso de la IA, y si detectan un impacto no deseado, deberían actuar.
  • Los gobiernos tienen que encontrar el equilibrio entre, por un lado, fomentar la innovación y el desarrollo de la IA y, por otro lado, poner normas para limitar los impactos negativos.

¿Qué cambios culturales supone esta orientación data driven y qué papel deben jugar los líderes en la adopción del modelo?

Son varios, los cambios culturales necesarios, como por ejemplo, perder el miedo de compartir datos con otros departamentos en la organización. Los datos son poder y cuesta compartir poder, o la democratización del dato: el valor del dato no solo se crea en departamentos con expertos, sino también en toda la organización a través de todos los empleados. Para esto, los lideres tienen que crear un entorno de confianza donde se premia la colaboración y se desincentiva mantenerse en silos.

En su libro ‘A Data-Driven Company. 21 lessons for large organizations to create value from AI’, que está disponible en inglés y en proceso de traducción a español y chino aborda todos los aspectos a considerar en una organización para sacarle el máximo provecho a los datos y la inteligencia artificial ¿Cuál es la base para impulsar la creación de valor en una empresa a través de big data e IA?

La base consiste en considerar los datos como un activo estratégico de la organización, y considerar la transformación como un viaje. Como cualquier viaje, hay múltiples destinos intermedios antes de llegar a la meta final. Y todos estos destinos intermedios requieren cambios y decisiones distintos. La clave es tomar estas decisiones de manera explícita y aprender de los demás para evitar errores comunes e ir más rápidos.