Así ayuda el cloud a crear ciudades inteligentes

La nube es una herramienta indispensable en el desarrollo de las Smart cities, facilitando el futuro de urbes más eficientes y colaborativas. Según Amazon Web Services, hay varias formas en las que la nube puede ayudar a este propósito, como proporcionar almacenamiento y análisis de la información extraída de los sensores de las ciudades.

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Una amplia conectividad de red, una avanzada infraestructura de almacenamiento y una gran capacidad de procesamiento informático están permitiendo el avance de las ciudades inteligentes.

Así lo afirman desde Amazon Web Services (AWS), que ha elaborado un listado con cinco formas que pueden impulsar el desarrollo de las smart cities gracias al uso de la nube.

Extrayendo todo el potencial de las Smart Cities

Las ciudades generan cada vez más información. En concreto, como destacan desde la compañía, es probable que las ciudades generen petabytes de datos cada mes.

El uso de la nube es imprescindible en este contexto. Toda esta información necesita ser almacenada de forma segura y, por ello, la escalabilidad de una solución en la nube reduce las constantes mejoras de la capacidad de almacenamiento que se precisan para hacer frente a la constante incorporación de datos.

La analítica en la nube también es de una enorme importancia, ya que permite el análisis de una gran cantidad de información en tiempo real en un entorno urbano, algo necesario para mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos.

Un escenario habitual de ciudad inteligente habilitada con tecnología para Internet de las Cosas (IoT) incluye el despliegue de numerosos sensores y sondas conectados por toda la ciudad para recopilar información.

El problema, en este caso, suele ser la inversión requerida.

Aprovechamiento de los recursos existentes

Así ayuda el cloud a crear ciudades inteligentesPero ante un problema, una solución. La alternativa podría ser el uso de sensores ya existentes y que las ciudades tangan ya instalados.

Un ejemplo de este tipo de tecnología ya funcionando se observa en el aparcamiento inteligente, en donde las personas pueden usar una aplicación móvil para ver las plazas de aparcamiento disponibles en un espacio próximo cuando circulan por una ciudad.

Por ejemplo en España, EYSA ha desarrollado ParkXplorer, una plataforma de movilidad para ciudades inteligentes diseñada para gestionar el aparcamiento municipal en superficie.

La aplicación usa las tecnologías de Big Data para recopilar, integrar y procesar la información generada por todos los elementos del ecosistema (parquímetros, Smartphones, sensores de aparcamiento, equipos móviles de los controladores y otros dispositivos) y proporciona unas respuestas accionables en tiempo real para maximizar la gestión de recursos y para optimizar el trabajo de ‘back office‘.

Información desde todos los lugares

Otra manera de aprovechar la infraestructura existente es a través de la instalación de sensores de bajo coste y consumo en autobuses o farolas, para convertirlos en dispositivos recopiladores de información.

De esta forma, los autobuses equipados con sensores, por poner un ejemplo, podrían recopilar datos mientras recorren la ciudad, para obtener información como el flujo de tráfico, los niveles de CO2, la temperatura y los niveles de ruido.

La analítica en la nube permitiría extrapolar y analizar esta información para determinar dónde tienen lugar atascos o accidentes o los lugares donde la contaminación está aumentando hasta niveles poco saludables, para informar de ello a los ciudadanos a través de ‘apps‘ móviles.

Externalización de la innovación

Los sensores no son el único mecanismo para el uso de la nube como instrumento para fomentar el desarrollo de una ciudad más inteligente y colaborativa. Estos objetivos también se pueden conseguir con la publicación de datos abiertos, es decir, disponibles de forma libre para todo el mundo.

Una de las mayores ventajas de compartir este tipo de información es que motiva a los desarrolladores o a las pequeñas empresas a diseñar sus propias ‘apps’.

Esto, a la vez, impulsa el desarrollo de un ecosistema de ‘apps‘ que fomenta la innovación constante.

Los ciudadanos se convierten en desarrolladores de ‘apps’ con el uso de datos abiertos

Desde Amazon Web Services apuntan que una ciudad verdaderamente inteligente es un lugar colaborativo que no se compone únicamente de sensores.

Parte imprescindible son también los ciudadanos participativos que usan esta información para incorporarla a sistemas que beneficien a otras personas.

De esta forma, la relación entre Smart cities y ‘cloud computing’ se convierte en una gran combinación: las ciudades inteligentes están en constante evolución y se adaptan a las necesidades de los clientes, y la nube puede adaptarse rápidamente a las necesidades en constante evolución de sus usuarios.

Fuente ituser