D3, la metodología de trabajo basada en la innovación y las personas

La consultoría de negocio digital ha desarrollado durante los últimos años una nueva forma de trabajo, conocida como metodología D3. Esta técnica busca implantar la digitalización de una empresa centrándose en la innovación y sin olvidar a las personas (tanto empleados como clientes) a lo largo de todo el proceso.

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Esta metodología gira en torno a tres fases diferenciadas, la primera de las cuales consiste en conceptualizar y trazar un mapa de cuál es la situación de la empresa y las oportunidades que tiene para poder digitalizarse.

D3, la metodología de trabajo basada en la innovación y las personasTras este análisis, en el que la empresa tendrá claros los objetivos marcados y bien acotada la audiencia, comienza la segunda fase. En este momento se diseña un ‘framework‘ donde se recogen las iniciativas que deben priorizarse; por ejemplo, crear un área privada de gestión para los clientes o digitalizar los pasos de documentos para evitar el gasto de papel.

Por último, el siguiente paso es definir y ejecutar pequeños proyectos, que se han diseñado para dar respuestas a las prioridades de la anterior fase. De esta forma, se prueba si los parámetros elegidos son los correctos antes de poner en marcha el proyecto en sí.

Es decir, con este método se puede cambiar el proyecto «si algo va mal» antes de llevar a cabo la implementación definitiva.

El decálogo de la innovación

Para poder entender mejor esta metodología D3, la consultora IT Vass ha elaborado un decálogo que recoge cómo aplicar esta forma de trabajo paso a paso y ayuda a comprender su filosofía.

Todo cambia. Actualmente la transformación se produce cada vez con mayor frecuencia debido al rápido avance de la tecnología. Estos cambios se acentúan todavía más en el ámbito digital.

Las personas son lo primero. La consultora destaca que dar respuesta a los deseos y necesidades de las personas debe de ser el foco del trabajo desde el inicio hasta el final de los proyectos.

La complejidad o coste de la solución que finalmente haya que aplicar para resolver la necesidad no debe ser un condicionante a la hora de analizar las necesidades de las personas.

Perspectiva. Existen distintas formas de mirar una misma cosa, por eso es importante contextualizar todo aquello que se está analizando, así como tener una visión de conjunto de los problemas y necesidades para comprender su naturaleza.

Una vez tenemos el contexto claro, podremos ir al detalle y comenzar a plantear soluciones.

Recuerda el por qué. Muchas empresas tienen muy claro ‘qué’ es lo que hacen o ‘cómo’ lo hacen y, sin embargo, no existe claridad ni cultura sobre cuál es la motivación que les mueve a hacerlo.

Haz las preguntas apropiadas. Muchas veces, decimos ‘necesito un CRM’ o ‘necesito un sitio web’. Sin embargo, a veces lo que se debe comprender es para qué se quiere un CRM o un sitio web, ya que puede ocurrir que el problema real que se pretende abordar no tiene como solución más óptima la implementación de estas herramientas.

Ideas y creatividad. En las dinámicas de ‘brainstorming‘ o similares es importante que no se cohíba a ninguno de los participantes ni se critique ninguna de las opiniones. Todas deben ser valoradas y registradas, para más adelante ser analizadas y filtradas.

– Derribar barreras entre IT y negocio. La colaboración entre ambas puede ser fundamental para poder ejecutar de forma correcta los proyectos de transformación a los que las empresas se enfrentan.

Conseguir el entendimiento y un trabajo conjunto entre ambas áreas es imprescindible para conseguir abordar con éxito los proyectos, y resolver las necesidades del negocio mediante soluciones tecnológicas.

Prototipar. Este paso permite disponer de un primer acercamiento a un producto funcional con el que distintas personas puedan comenzar a interactuar. De esta forma, podemos disponer de un ‘feedback’ directo con el que realizar mejoras desde una fase muy temprana del proyecto.

Si te equivocas, hazlo pronto. Trabajar en ciclos cortos puede ser uno de los principales pilares de la filosofía de trabajo, ya que se consigue tener claridad día a día sobre el estado del trabajo, realizar ‘demos’ y validar sobre la marcha las distintas funcionalidades desarrolladas.

Implemeta o “itera”. Algo importante a la hora de afrontar proyectos de envergadura es contemplar la implementación y el ‘release‘ de un Producto Mínimo Viable (PMV).

Esto permite poder comenzar a “iterar” o repetir con los usuarios, de los que se puede obtener un intercambio muy valioso, así como por parte de las herramientas analíticas.

Fuente Innovaticias