La gestión se ocupa de hacer frente a la complejidad
Las empresas gestionan la complejidad:
– Mediante la planificación y la elaboración de presupuestos.
– Fijando objetivos o metas para el futuro (habitualmente, para el año o el mes siguiente).
– Estableciendo etapas detalladas para alcanzar los objetivos y después asignando recursos para llevarlos a cabo.
Por el contrario, a la hora de liderar una organización para que ponga en práctica un cambio constructivo se debe empezar por:
– Fijar una orientación: elaborando una visión de futuro (a menudo, del futuro lejano).
Junto con las estrategias que permitan introducir los cambios necesarios para alcanzar esa visión.
Del análisis de ambos perfiles se puede desprender fácilmente la conveniencia, incluso necesidad, de combinar la gestión y liderazgo de la innovación.
En el campo de la gestión, la capacidad para realizar este plan se desarrolla mediante la organización y la dotación de personal:
– Creando una estructura de organización y un conjunto de puestos de trabajo para cumplir los requisitos del plan.
– Poniendo en esos puestos a personas cualificadas.
– Comunicando el plan a estas personas.
– Delegando la responsabilidad para la ejecución del plan.
– Ideando sistemas para controlar esa ejecución. Por otra parte, la actividad equivalente en la esfera del liderazgo es la coordinación de personas. Esto significa comunicar la nueva orientación a las personas que puedan formar coaliciones, comprendan la visión y se comprometan a alcanzarla.
– Por último, la gestión asegura la realización del plan mediante el control y la resolución de problemas:
. Comparando con cierto detalle los resultados con el plan original, tanto formal como informalmente, mediante informes, reuniones y demás instrumentos; analizando las desviaciones;
. Planificando y organizando para resolver los problemas.
En el caso del liderazgo, para alcanzar la visión hace falta motivación e inspiración:
– Consiguiendo que las personas avancen en la dirección adecuada, a pesar de los grandes obstáculos que dificulten el cambio,
– Apelando a las necesidades, emociones y valores humanos básicos, que tantas veces se desaprovechan.
Así pues las tareas del Líder son:
– Fijar una orientación, en contraste con planificar y presupuestar.
– Coordinar a las personas en contraste con organizar y dotar de personal.
– Motivar a las personas en contraste con controlar y resolver conflictos.
– Crear una cultura de Liderazgo
A pesar de la importancia creciente que tiene el liderazgo para el éxito de la innovación, las experiencias laborales de la mayoría de las personas parecen socavar el desarrollo de los atributos que hacen falta para ejercerlo. No obstante, algunas empresas han demostrado de manera consistente su capacidad para convertir a las personas en líderes-gestores destacados. Contratar a personas con potencial de liderazgo no es más que el primer paso. Igual de importante es dirigir sus carreras profesionales.
Todo nos lleva a tener claro que los Gestores y los Líderes son dos tipos de personas diferentes pero que pueden colaborar (conviene) en el equipo.
Pero abundemos en las diferencias (Abraham Zaleznik):
Los objetivos de los gestores:
– Surgen de la necesidad más que del deseo. – Son excelentes haciendo desaparecer conflictos entre individuos o entre departamentos, calmando a las partes.– Aseguran que los negocios diarios de la organización se llevan a cabo.
Los objetivos de los líderes:
– Adoptan actitudes personales y activas respecto de los objetivos.
– Buscan oportunidades y recompensas potenciales que están a la vuelta de la esquina.
– Inspiran a los subordinados e impulsan el proceso creativo con su propia energía.
– Sus relaciones con los empleados y compañeros de trabajo son estrechas y, en consecuencia, su entorno laboral es a menudo caótico.
Las empresas, para sobrevivir y tener éxito, necesitan tanto a los directivos como a los líderes.