Enrique Sueiro es asesor de comunicación directiva y autor de ‘Mentiras creíbles y verdades exageradas: 500 años de Leyenda Negra’
Ignorancia y libertad no riman. Personas, organizaciones y países albergan claroscuros. Lo sensato es conocerlos, asumirlos y gestionarlos con proporción. Paradigma de tal desafío es la Leyenda Negra: estereotipos que —conscientemente o no, del siglo XVI a hoy— transmiten una imagen falsa de la realidad histórica de España al magnificar miserias y silenciar grandezas. Una verdad exagerada se aproxima a una mentira.
Enrique Sueiro aborda en su libro Mentiras creíbles y verdades exageradas: 500 años de Leyenda Negra’ la evidencia de que tanto las personas, como las organizaciones y países albergan claroscuros. Lo sensato es conocerlos, asumirlos y… Clic para tuitearCon este enfoque he investigado para escribir Mentiras creíbles y verdades exageradas: 500 años de Leyenda Negra (Editorial Kolima, 2022), con prólogo de José Antonio Zarzalejos. Un fenómeno tan poliédrico y controvertido precisa armonizar sutileza y matiz, verdades sin complejos y mentiras al desnudo. Huyo de la visceralidad de fuentes que van de la extrema defensa al radical ataque y reclamo apertura mental para comprender, que no significa justificar.
Consciente de que lo veraz no es la equidistancia entre dos falsedades, pretendo brindar pistas para:
1. Adaptar la percepción a la realidad, no al revés.
2. Desvelar la mentira de la verdad exagerada.
3. Combatir la mentira de la verdad omitida.
4. Verificar datos, ofrecer contexto y embridar emociones.
5. Conocer claves del comportamiento humano.
6. Saber comunicar reputación.
7. Ponderar lo anecdótico y lo sintomático.
Estas siete acciones deberían cotizar al alza de la excelencia de cualquier organización. De entrada, si un relato es leyenda, el color da igual.
Liderazgo y dirección de personas: enseñanzas de Felipe II
De singular aplicación al liderazgo y la dirección de personas es analizar a Felipe II (1527-1598) y su secretario de Estado más conocido, Antonio Pérez (1540-1611), que vendría a ser lo que hoy conocemos como jefe de Gabinete o asesor de referencia. Ambos protagonizan enjundiosos episodios de la Leyenda Negra, tanto por lo que hicieron y dijeron como por lo que se les atribuye. Su modo de ser y su estilo de comunicar determinaron su impacto reputacional. Ejemplifican bien cómo, en determinados puestos, lo personal es también institucional o corporativo.
La aproximación antropológica no explica todo el comportamiento humano, pero prescindir de ella garantiza su incomprensión. Afloran pulsiones humanas subyacentes. Unas, positivas: amor, verdad, coraje, magnanimidad, prudencia, solidaridad, servicio, lealtad, patriotismo… Otras, negativas: odio, mentira, envidia, vanidad, codicia, temeridad, resentimiento, venganza, traición… Algunas positivas, al desproporcionarse, se tornan perniciosas: autoestima, sexo, poder, retórica, dinero, trasparencia, política, astucia, satisfacción… Estas tendencias, ampliables y matizables, dan idea de la riqueza del ser humano.
El estilo de gobierno de Felipe II era más de leer y escribir (30.000 cartas) que de escuchar y hablar. Se cuenta que un día llegó a firmar 400 documentos, que muy probablemente había leído. Este modo de dirigir, sin delegar, le liberaba de lo que tanto temía: precipitarse al tomar decisiones. A esta tendencia dilatoria se añadía la velocidad propia de aquellas comunicaciones. Algo que hoy puede transmitirse de forma instantánea con un clic, en el siglo XVI tenía unas coordenadas espacio-temporales muy distintas. La noticia de la batalla de Lepanto (1571), que el rey español conoció antes que el embajador veneciano, recorrió 3.500 km. en menos de 24 días, equiparable a una media de 150 km./día a caballo.
El rey era políglota —castellano, francés, latín y portugués— y líder del primer imperio donde no se ponía el sol. En lo personal tuvo su particular vivencia desde la infancia, con un padre (Carlos V) ausente por sus viajes europeos y una madre, Isabel de Portugal, que murió cuando él tenía 12 años. A los 13 empezó a comprar libros, que leía, y llegó a contar con una de las mejores bibliotecas del momento: 30.000 libros científicos, más de 4.000 manuscritos árabes y hebreos, etc. En plena adolescencia estrenó su serie de matrimonios, que inició con 16 años y lo hicieron viudo reincidente.
Calificado por algunos como “rey prudente”, no son pocas las ocasiones en que su procrastinar, lejos de resolver o disolver los problemas, los agravó. Quizá le sobró el reposo reflexivo que faltó a su coetáneo Enrique VIII y del que, lamentablemente, también carecen tantos gobernantes en nuestro tiempo.
Antonio Pérez, por su parte, constituye un personaje digno de análisis sobre la gestión de contactos, emociones, información, relato, vanidad y traición.
Criterios de gestión reputacional
Concluyo cada capítulo con claves de gestión reputacional orientadoras para cualquier directivo que aspire a que un producto o servicio de calidad conlleve su correspondiente prestigio. Algunos ejemplos:
- Es grave confundir historia y leyenda, respeto a la verdad y libertad de expresión, realidad verificable y creatividad artística.
- Son errores equivalentes pensar que las palabras remiten automáticamente a hechos y que todas las imágenes tienen correlato en realidades.
- Defender la verdad sobre España no implica atacar a ningún otro país. Condenar los horrores del nacionalsocialismo no conlleva criminalizar a los alemanes. Rechazar los asesinatos masivos del comunismo no significa repudiar a rusos y chinos.
- Atención a la violencia blanca: palabras con las que se dice querer evitar lo que, de hecho, se promueve. Conviene identificar a acusadores que culpan a otros de lo que ellos mismos practican: ladrones que acusan de robar, mentirosos que denuncian engaños, corruptos que señalan indecencias ajenas o fanáticos que se quejan de intolerancia.
- Tener fama de intransigente no implica necesariamente serlo. La prueba requiere analizar, no lo que se dice acerca del supuesto fanático, sino lo que realmente hizo, dijo y escribió. Idéntico chequeo requieren algunos encumbrados por su supuesta bonhomía.
- Supone una gran ingenuidad no gestionar las percepciones. Lo que en España se practicaba como inocente ejercicio de trasparencia, humor y libertad para abordar capítulos sombríos de su historia era munición valiosísima para ataques extranjeros.
El contenido se completa con 55 reflexiones ejecutivas y telegráficas, agrupadas en asumir premisas, priorizar estrategias y planificar tácticas. Desde la perspectiva de comunicación directiva y Management, la Leyenda Negra es todo un caso de gestión reputacional para una máster de 500 años.
Mentiras creíbles y verdades exageradas garantiza originalidad y sorpresa, salvo en los extremos de reducir el pasado a lo perfecto impecable o a lo peor inempeorable. Leer para saber. Después, libertad para opinar con fundamento.