auditoría

El éxito de una empresa no solo se basa en la satisfacción de sus clientes y el aumento de los ingresos. La confianza y la transparencia juegan también un papel fundamental. Así, y por medio de una auditoría, tanto inversores como proveedores y demás partes interesadas podrán valorar a las empresas en función de la claridad de sus cuentas.

Por eso, para garantizar la veracidad de la información financiera y la buena gestión, es que se lleva a cabo una auditoria obligatoria en las empresas. Pero dicha auditoría no solo sirve para evaluar la situación empresarial, sino que también supone una oportunidad única para mejorar todos sus procesos internos y en consecuencia su competitividad.

En los siguientes párrafos se analiza en detalle qué son las auditorías obligatorias, cuáles son las leyes que las regulan, por qué es importante realizarlas, qué beneficios u oportunidades ofrecen y qué consecuencias tiene para las empresas no llevarlas a cabo. Además, se destacará la importancia de acudir a expertos durante el proceso.

Qué es una auditoría obligatoria

La auditoría obligatoria es un proceso durante el cual se evalúa la situación financiera, administrativa y operativa de una compañía o empresa. La pueden llevar a cabo las propias empresas o entidades independientes. En ambos casos, el objetivo es proporcionar información precisa y fiable sobre el estado financiero y de gestión de una organización.

En este sentido, las auditorías obligatorias se rigen por diversas normativas y leyes, dependiendo del país donde esté ubicada y registrada la empresa. En líneas generales, las normas que regulan las auditorías suelen ser las Leyes de Mercado de Valores, las Normas Internacionales de Información Financiera y las leyes de sociedades de cada país.

Dichas normas establecen los estándares contables y de transparencia que deben cumplir las empresas. La prioridad es proteger tanto los intereses de los inversores como de los clientes y demás entidades relacionadas con las compañías. En todos los casos, su funcionamiento es similar: Se evalúa sistemáticamente la situación administrativa, operativa y financiera.

Por qué llevar a cabo las auditorías obligatorias

Además de para cumplir con las normativas y las leyes, una auditoría obligatoria es clave para mejorar la toma de decisiones dentro de las empresas. Conocer al detalle el estado real de la empresa en todas sus áreas es esencial para mejorar lo que no funciona y alcanzar el éxito. Sin dicha información, difícilmente se puede alcanzar una buena competitividad en el mercado.

Por otra parte, una auditoría obligatoria sirve para garantizar los valores de transparencia y credibilidad, de forma que se pueda atraer a más inversores o socios. Es una herramienta clave para detectar errores y posibles fraudes y evitar así situaciones de fracaso empresarial. Gracias a la información que proporcionan las auditorías, se puede mejorar la gestión de las empresas de forma realmente notable. 

¿Qué ocurre si no se hacen las auditorías obligatorias?

Aunque las leyes obliguen a las empresas a llevar a cabo auditorías, puede que algunas tengan la tentación de no cumplir con ello. Sin embargo, saltarse esta obligación legal conlleva no solo problemas legales, sino también económicos y de reputación. A continuación, se detallan las consecuencias:

  • Multas y sanciones: Hacer frente a las multas y sanciones por no realizar una auditoría obligatoria puede suponer un verdadero descalabro económico para las empresas.
  • Pérdida de prestigio: Que una empresa no quiera realizar una auditoría genera desconfianza entre clientes, proveedores e inversores. También dificulta y en muchos casos impide el acceso a financiación.
  • Pérdida de competitividad: poder operar en mercados internacionales es cada vez más necesario en un mundo globalizado. La falta de auditorías fiables supone un gran obstáculo para ello y, por tanto, para la competitividad de las empresas.

Beneficios de llevar a cabo una auditoría

Como se ha adelantado en los párrafos anteriores, más allá de cumplir con las leyes, la realización de una auditoría aumenta la credibilidad y transparencia de las empresas. Esto genera mayor confianza para los inversores y demás partes implicadas. También supone la mejora del prestigio de la empresa y su valoración en el mercado.

Si, además, la auditoría obligatoria la lleva a cabo una empresa independiente, la veracidad y confiabilidad de los datos aumenta. Esto puede ser clave a la hora de acceder a financiación, ya que las entidades financieras precisan de informes financieros auditados para conceder cualquier tipo de líneas de crédito o préstamos. 

Además, gracias a la auditoría, las empresas podrán identificar posibles riesgos financieros y operativos. 

Los informes de los auditores señalan de forma específica las áreas de mejora y los riesgos potenciales de una empresa. De esta forma, la empresa podrá tomar medidas correctivas y preventivas con las que sanear y mejorar su funcionamiento. En definitiva, una auditoría obligatoria supone una oportunidad única para conocer de forma fehaciente el estado real de una empresa, lo que supone el punto de partida del éxito de cualquier compañía.