Según un informe de la startup Fresh People, especializada en gestión de personal, el 60% de los directivos no se siente capacitado para gestionar y liderar en un entorno empresarial competitivo y en plena transformación como el actual.
El informe destapa las carencias que existen en los cargos directivos y señala la formación como solución ideal para aumentar el nivel competitivo, tanto de un equipo como de una compañía.
Además, es importante subrayar que el 60% de los encuestados trabaja en pequeñas y medianas empresas, en las que esta falta de competencias se nota aún más cuanto menor es el tamaño de la organización.
Con este panorama, y con la «vuelta al cole» cada vez más cerca, creemos que para muchos ha llegado el momento de armarse de valor y tomar el rumbo de volver a estudiar. ¿Cuál es la formación más adecuada para los directivos? Sin duda alguna, un Máster en Dirección y Administración de Empresas, comúnmente conocido por las MBA.
Un Master of Business Administration (MBA) es un programa formativo reconocido mundialmente que prepara para desempeñar roles de liderazgo y gestión en el ámbito empresarial. El prestigio y el valor de un MBA no deja de crecer con el paso de los años. Es muy interesante conocer los rankings y los listados de los mejores MBA y comprender por qué son tan valorados por los profesionales del ámbito empresarial a la hora de indagar las competencias que se desarrollan.
¿Por qué un directivo debe estudiar un MBA?
La falta de preparación en temas de dirección empresarial resulta un obstáculo para lograr la flexibilidad y adaptación que necesitan las empresas. En base a los desafíos identificados en el informe de Fresh People, a continuación, están las diez razones clave por las que un directivo debería considerar seriamente estudiar un MBA.
1. Mejorar la comunicación
La comunicación es el principal desafío para la mitad de los directivos encuestados. Un MBA refuerza esta habilidad esencial, considerada una de las soft skills más importantes en el desempeño de funciones directivas empresariales.
Las áreas de estudio dirigidas a mejorar la comunicación en un MBA enseñan a los participantes a transmitir información de manera clara y persuasiva, lo cual es vital para la mejora de la interacción entre departamentos y la comprensión general de los mensajes dentro de la organización.
2. Definición y gestión de objetivos
El 43% de los encuestados ve la definición y gestión de objetivos como un desafío difícil de superar por la falta de preparación. Un MBA aborda directamente este problema a través de módulos dedicados a la formulación y gestión de estrategias empresariales. Por ejemplo, las áreas de estudios de estrategia y marketing enseñan a diseñar e implementar estrategias para aumentar las ventas, mejorar la visibilidad de marca y optimizar el alcance comercial en un mercado.
Además, en un MBA se aprende cómo alinear los objetivos de marketing con los objetivos financieros y estratégicos de la empresa, asegurando que todas las actividades de marketing contribuyan efectivamente a los objetivos generales. Los directivos también aprenden a evaluar la viabilidad económica de los proyectos, lo que permite alinear los objetivos financieros con las estrategias de marketing para maximizar el retorno de la inversión.
3. Gestión del cambio
Dado que el 35% de los directivos tiene problemas con la gestión del cambio, los máster MBA ofrecen acciones formativas como talleres de liderazgo adaptativo, simulaciones de gestión de crisis y estrategias de implementación de cambios organizacionales.
Además, un Máster en Dirección y Administración de Empresas potencia entre los participantes el desarrollo de habilidades en negociación, resolución de conflictos y comunicación estratégica en diferentes escenarios.
4. Motivación del equipo
Saber cómo motivar es una de las habilidades que debe tener cualquier directivo o empresario. La motivación de los trabajadores es la piedra angular del rendimiento y mejora de resultados de cualquier empresa.
En este sentido, un Master of Business Administration equipa a los directivos con las destrezas para inspirar y comprometer a sus colaboradores. El programa académico incluye asignaturas del área de recursos humanos donde se aprende los nuevos modelos de liderazgo basados en el uso de técnicas motivacionales, desarrollo de incentivos y reconocimiento, y otros métodos para fortalecer la cohesión y el espíritu de equipo. Todo ello, son cuestiones que un directivo debe entender y aplicar para conseguir objetivos específicos como aumentar la productividad y la satisfacción laboral de los trabajadores.
5. Retención del talento clave
Casi un tercio de los directivos considera la retención del talento como un desafío importante que no saben gestionar con acierto. Los masters MBA abordan esta preocupación mediante la enseñanza de estrategias para desarrollar y mantener al personal clave a través de temas concretos de gestión de recursos humanos.
Por ejemplo, incluyen formación en gestión de carreras, técnicas de liderazgo transformacional, y métodos para crear programas de desarrollo personalizado que aumentan la lealtad y satisfacción del empleado. Estas estrategias ayudan a fortalecer la estructura organizativa y a reducir la rotación, asegurando una base sólida para el crecimiento empresarial.
6. Liderazgo moderno frente al tradicional
Más del 50% de las empresas aún opera bajo modelos de liderazgo tradicionales. Es bien sabido que estos estilos de dirección ya no sirven ni en el presente ni en el futuro.
El plan de estudios de un MBA contrarresta esta tendencia al fomentar el desarrollo de un modelo de liderazgo transformacional. La formación sobre el desarrollo de habilidades orientado al diálogo abierto y a la toma de decisiones descentralizada, son elementos clave para impulsar la innovación y la agilidad empresarial.
7. Soft Skills
En respuesta a las nuevas formas de trabajo de las generaciones más jóvenes como el trabajo remoto, un MBA incide en la importancia de trabajar soft skills como la inteligencia emocional y la resolución de conflictos a través de la formación sobre comportamiento organizacional y psicología empresarial.
Estas y otras soft skills que se entrenan en un MBA son fundamentales para liderar con éxito en el siglo XXI, ya que facilitan la gestión de equipos diversificados y que trabajando a distancia deben estar perfectamente alineados hacia el logro de los objetivos organizacionales.
8. Resolución de problemas
Dado que la resolución de problemas es una habilidad primordial para el 61% de los directivos, un MBA enseña métodos para enfrentar y resolver problemas complejos.
Los estudiantes aprenden técnicas de análisis crítico, pensamiento estratégico y toma de decisiones basada en cifras, hechos y datos. Estos conocimientos ayudan a asegurar una toma de decisiones efectiva y oportuna en situaciones desafiantes.
9. Creatividad e innovación
Un MBA no sólo potencia las habilidades de gestión y dirección empresarial, sino que también impulsa la creatividad, la innovación y el emprendimiento. Los participantes aprenden cómo pensar de manera disruptiva y entienden la importancia de entrenar el pensamiento creativo y estratégico para generar ideas innovadoras que pueden transformar la situación competitiva de la empresa.
10. Preparación para las demandas del futuro
Finalmente, los directivos deben eliminar con la formación MBA la barrera que les impide enfrentar los retos empresariales futuros. Deben entender cómo han evolucionado los mercados, los productos y la competencia.
Por otro lado, deben adquirir competencias sobre cómo operan los negocios en un entorno global, así como las nuevas tendencias en gestión de finanzas y operaciones para responder de forma ágil a las cambiantes condiciones económicas.
Frente a la evidencia de las carencias existentes en la preparación de los directivos, estudiar un MBA es la solución para transformar un estilo de dirección obsoleto e incompetente hacia un liderazgo más efectivo. La formación de un MBA, la metodología utilizada y los contenidos (tanto técnicos como para adquirir habilidades blandas) hacen posible mejorar las capacidades directivas para transformar los constantes desafíos en oportunidades. No hay que olvidar que el éxito de una empresa está relacionado directamente con la capacidad y liderazgo de los directivos para gestionarla.