Según el informe del IMD World Talent Report 2016, realizado entre 61 países de diferentes continentes, nuestro país aparece a la cola en cuanto a la disponibilidad de directivos competentes. Tenemos que ir hasta el puesto 43 para encontrar a los jefes españoles.

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Los directivos en España necesitan nuevas habilidadesLos directivos en España, según refleja el estudio, están poco preparados para manejar los retos de la internacionalización, que supone una enorme diversidad de clientes, competidores y empleados.

Además, les queda grande el impacto de la digitalización y los cambios en la organización de equipos que ello implica. Aún les cuesta gestionar equipos virtuales o colectivos con distintas capacidades y actitudes.

Ambos aspectos, la internacionalización y la digitalización de los negocios, exigen un cambio de mindset; es decir, la mentalidad para gestionar la incertidumbre, la complejidad y relaciones en el trabajo más abiertas y menos jerárquicas.

Nuevas habilidades que necesitan los directivos

El informe refleja que, por encima de los conocimientos teóricos, los directivos españoles necesitan centrar sus esfuerzos en ciertas habilidades y aptitudes:

Apertura a otras culturas y otros entornos de negocios. El directivo no es necesariamente el que más sabe de todo, sino el que está abierto y tenga más curiosidad para conocer y aprender nuevas habilidades, y a la vez tenga capacidad de absorberlas. La importancia de la humildad es esencial en muchos entornos.

Adaptabilidad, para saber gestionar diferentes personas y generaciones. El directivo eficaz se adapta a formas de trabajar más acordes con las costumbres locales y posibilidades tecnológicas, lo que facilita que puedan liderar equipos fuera de España o de su entorno de trabajo habitual.

Por ejemplo, en muchos países asiáticos el porcentaje de jóvenes es mucho mayor que en Europa, por lo que el impacto de los millennials se multiplica.

Gestión de la incertidumbre y la ambigüedad. Los directivos, y en general cualquier persona, deben entender que lo que vale aquí hoy, posiblemente no sea válido para otros países o para el día de mañana.

El pensamiento global orientado a la búsqueda de nuevas oportunidades. Esta es una formación teórica en la que muchas escuelas de negocio ya hacen hincapié. El futuro directivo debe tener una visión empresarial internacional que entienda el impacto de nuevos escenarios (digitales y/o geográficos) y busque oportunidades de negocio.

Defensor de la colaboración. Tanto por la necesidad de apoyarse en el equipo local en un país poco familiar, como por los entornos más abiertos y el trabajo en red con equipos virtuales, el directivo necesita desarrollar el liderazgo colaborativo.

El directivo prefiere trabajar en solitario

Precisamente en este último punto, el de la colaboración, es en el que más fallan los directivos.

Un estudio del Center for Creative Leadership, realizado entre 2.339 directivos y managers, señala la importancia de «construir relaciones de colaboración», aunque tan solo un 31% lo lleva a la práctica.

Dos de las mayores diferencias entre la cultura española y la de muchos países asiáticos son la aceptación de la ambigüedad y la cultura «colectivista». En general, en Asia difícilmente se aceptan prácticas como la evaluación o el reconocimiento individual, tan arraigadas en empresas occidentales.

Curiosamente, y según el estudio ‘The Evolution of Work‘ publicado por ADP en 2016, aunque los países asiáticos se caracterizan por una fuerte jerarquía, la mayoría cree que esta jerarquía desaparecerá en el corto o medio plazo debido a la revolución tecnológica.

¿La solución a las necesidades del directivo del futuro? Menos clases magistrales, muchos casos de estudio, y algunas estancias internacionales, todo ello dirigido a ofrecer un aprendizaje más experiencial.

Fuente rrhhmagazine