Líder y jefe pueden parecer conceptos muy parecidos, pero no son lo mismo. Un líder es una persona que representa una figura directiva o de supervisión, capaz de guiar e influir en otras, pero sin imponer autoridad; es decir, incentivando a lograr un objetivo común. Mientras que un jefe es una persona responsable de la dirección de un determinado proyecto, encargado de que los objetivos planteados para la empresa se cumplan. Para ello, ejerce su poder o autoridad sobre los colaboradores tratando de mejorar su actividad.
Según Gonzalo Martínez de Miguel, CEO de INFOVA, «saber qué características especiales tiene un líder y un jefe puede ayudarnos a mejorar la forma en la que nos perciben nuestros empleados y así poder aumentar la actividad de nuestra empresa. Una de las cualidades que deben tener en cuenta tanto los jefes como los líderes es empatizar y pensar en las personas que tienen a su cargo. Con ello aumentará el rendimiento de la plantilla, los colaboradores estarán más motivados y se obtendrá una mayor retención del talento».
En este sentido, los aspectos clave sobre las diferencias que existen entre un líder y un jefe son:
Percepción de autoridad
El líder se siente uno más, intentando ayudar y aportar valor lo máximo que pueda a su equipo de trabajo. Utiliza frases como “Yo puedo ser útil aquí, ¿necesitáis ayuda?”. En cambio el jefe se siente poderoso y superior frente a sus colaboradores haciendo referencias a frases como “yo soy el que manda aquí”.
Distribución de tareas
El líder reparte las tareas con ejemplos, trabajando junto a su equipo, apoyando la creatividad y la innovación de cada uno de ellos, utilizando además la inteligencia emocional y la pedagogía, cuando se reparten las tareas. En sentido opuesto el jefe ordena su ejecución supervisando para ver si estas órdenes están siendo llevadas a cabo.
Reacción ante logros y problemas
Cuando se obtienen logros, para el jefe son solo suyos, está orgulloso de su trabajo y no reconoce el trabajo en grupo. En cambio, los logros obtenidos por el líder corresponden al equipo gracias al esfuerzo conjunto. Cuando existe un error, el jefe individualiza e intenta culpar a la persona que ha cometido el error, tratando de que los empleados teman al fracaso. Mientras que el líder asume la responsabilidad aprendiendo del error, tomándolo como referencia para determinar futuras acciones.
Miedo vs Confianza
El líder, que motiva a sus empleados, empatiza con ellos inspirando confianza y generando entusiasmo. El ambiente laboral puede cambiar en la forma que nos vean los colaboradores. En este caso el jefe es visto con temor, miedo por su falta de empatía, y suele amenazar.
El grado de cercanía personal
El líder conoce personalmente a su equipo, diferenciando la manera en la que dirigirse a cada uno de ellos según sus preferencias. La forma en la que nos dirigimos y nos comunicamos con nuestros empleados afecta directamente al ambiente laboral. En este caso, un jefe se relaciona con su equipo de manera despersonalizada, a través de email, no tiene contacto con sus colaboradores.
Esquemas cerrados vs esquemas abiertos
Mientras que los líderes utilizan esquemas abiertos para alcanzar los objetivos mediante nuevas formas de realizar una tarea, aumentando así la probabilidad de mejorar la rentabilidad de la empresa, los jefes llevan a cabo normalmente esquemas cerrados, que son una manera de repetir los mismos procedimientos y tareas, imponiendo reglas sin ser inspirados por la creatividad, lo que reduce las posibilidades de mejora.
«Hasta la visión de negocio es muy diferente entre líderes y jefes, mientras los primeros planifican teniendo en cuenta el largo plazo, lo que le permite anticiparse a cambios futuros y obtener mejores resultados, los jefes se guían por el corto plazo centrándose en el día a día, sin pensar demasiado que podría ocurrir mañana», concluye el CEO de INFOVA