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La gestión de talento en España muestra una tendencia clara: las empresas prefieren invertir en la formación de empleados jóvenes, mientras el talento sénior recibe menos oportunidades de desarrollo.

De acuerdo con la Guía del Mercado Laboral 2024 elaborada por la consultora de recursos humanos HAYS, la inversión en formación se concentra en las generaciones más jóvenes, dejando de lado a un número significativo de empleados sénior. Mientras que el 57 % de los profesionales de la generación del «baby boom» (nacidos entre 1946 y 1964) no recibe formación por parte de sus empresas, solo el 29% de los trabajadores nacidos a partir de 1995 se encuentra en la misma situación. Este dato es notable si consideramos que el mercado laboral español cuenta con 4,1 millones de trabajadores mayores de 55 años, superando los menos de 3 millones de jóvenes empleados.

El informe de HAYS señala, además, que la presencia de talento sénior en las organizaciones ha experimentado un aumento del 80 % desde 2008, y se proyecta que alcance los 8 millones de personas para 2030, en un contexto de alta longevidad y con una esperanza de vida media en España de 83,5 años. Óscar Vitales, senior associate de executive search & consulting en HAYS España, destaca que el mercado laboral se encuentra en un momento crucial de relevo generacional. En 2030, la generación del «baby boom» alcanzará la edad de jubilación, y la generación X (1965-1980) pasará a ocupar el espacio de talento sénior, con el reto de mantener la competitividad y transferir conocimientos intergeneracionales.

El equilibrio generacional como estrategia empresarial

Para Óscar Vitales, las organizaciones deben adoptar un enfoque estratégico que fomente el equilibrio generacional en sus equipos, lo cual implica tanto retener el talento sénior existente como integrar perfiles jóvenes. Esta política dual no solo mitiga los costes asociados a la rotación y la pérdida de conocimiento clave, sino que también refuerza la capacidad de innovación y el liderazgo de la empresa.

En cuanto a la formación, la segmentación por edad es esencial. España presenta actualmente una tasa de desempleo significativa, concentrada en dos grupos demográficos: menores de 26 años y mayores de 52. En este contexto, la capacitación de jóvenes trabajadores debe orientarse hacia el desarrollo de habilidades técnicas y competencias transversales que aumenten su empleabilidad en un mercado exigente.

Por otro lado, los profesionales de más de 52 años necesitan una formación adaptada a sus necesidades específicas, centrada en superar las barreras relacionadas con la edad y los antecedentes profesionales. Óscar Vitales destaca que esta formación debe incluir tanto habilidades tecnológicas como aspectos culturales de actualidad, como igualdad, diversidad y sostenibilidad, que ya forman parte esencial de las estrategias de negocio de cualquier compañía moderna.

Fuente: RRHH Press