Europa se ha posicionado como un líder global en la inversión y desarrollo del sector ferroviario, impulsando un ambicioso objetivo de construir un sistema de transporte sostenible y eficiente que conecte ciudades y naciones en todo el continente. La Comisión Europea ha adoptado una visión a largo plazo, fijando metas concretas para el crecimiento de la red ferroviaria y la transformación de la movilidad en el continente. Una de las principales aspiraciones es duplicar la longitud de las líneas ferroviarias de alta velocidad para el año 2030, al tiempo que se busca elevar la proporción del transporte de pasajeros a través del ferrocarril al 50% para el año 2050.
Estos esfuerzos se han traducido en una serie de inversiones en infraestructura ferroviaria. Desde la construcción de modernas vías de alta velocidad hasta la modernización de las líneas existentes y el establecimiento de centros intermodales, Europa ha destinado recursos significativos para hacer realidad su visión de una red ferroviaria robusta y eficiente. Todo esto ha permitido la conectividad de diversas ciudades y países, promoviendo no solo la movilidad, sino también la integración económica y social.
El ferrocarril ha emergido como una alternativa cada vez más popular en Europa, al ser reconocido por su enfoque sostenible y su contribución a la protección del medio ambiente. Las estadísticas respaldan esta tendencia: según la Oficina Europea de Estadística, en 2018 ocho mil millones de pasajeros se desplazaron por las redes ferroviarias nacionales de la UE. En Luxemburgo el transporte internacional representó el 26 % del transporte ferroviario de pasajeros total. Diecinueve de los Estados miembros de la EU-27 notificaron aumentos de pasajeros en comparación al año anterior (los mayores se registraron en Lituania (+11,7 %), Grecia (+ 9,4 %), Suecia (+ 7,3 %) y Austria (+ 7,1 %). En España el aumento fue del 0,5%.
Esta preferencia por el ferrocarril no es casualidad; los viajes en tren son más eficientes energéticamente en comparación con otros medios de transporte, presentando una huella de carbono por pasajero- kilómetro considerablemente menor que la de los automóviles o los aviones.
Numerosos países europeos han respondido a esta llamada por la movilidad sostenible invirtiendo en sistemas ferroviarios de alta velocidad. El TGV francés y el AVE español son ejemplos notables de esta tendencia. Estos trenes no solo son más rápidos que los trenes convencionales, sino que también son más eficientes desde el punto de vista energético: los trenes emiten aproximadamente un 90% menos de CO2 por pasajero-kilómetro en comparación con los aviones en vuelos equivalentes.
El ferrocarril ha emergido como una alternativa cada vez más popular en Europa, al ser reconocido por su enfoque sostenible y su contribución a la protección del medio ambiente
Valentine Camusot, directora general para Europa de Rail Europe
La sostenibilidad no solo se ha quedado en la infraestructura y la operación de los trenes, sino que también ha permeado en la generación de energía para propulsarlos. Los Ferrocarriles Federales Suizos (SBB) tienen como objetivo utilizar energías renovables en un 100% para alimentar sus trenes para el año 2025. En Francia, la SNCF se ha comprometido a reducir su huella de carbono en un 50% para el 2035 y a lograr la neutralidad de carbono para el 2050, además de haber anunciado recientemente la prohibición de los vuelos de corta distancia y que tengan una alternativa en tren de menos de dos horas. En Alemania, la compañía Deutsche Bahn ha establecido una meta ambiciosa: obtener el 80% de su electricidad de fuentes renovables para el 2030. Estos esfuerzos combinados subrayan el compromiso de Europa con la sostenibilidad en el ámbito del transporte ferroviario.
Pero desgraciadamente todavía quedan varias cuestiones que mejorar, y una de las más notables es la insuficiente inversión en conexiones transfronterizas ya que las redes ferroviarias entre países a menudo carecen de la conectividad necesaria para fomentar un flujo
de personas fluido. Esta falta de inversiones en infraestructuras transfronterizas limita el potencial de un sistema ferroviario verdaderamente cohesionado.
Asimismo, la necesidad de aumentar la disponibilidad de trenes de alta velocidad es un desafío apremiante. Ampliar y modernizar las vías de alta velocidad, así como promover la inversión en tecnologías ferroviarias avanzadas, es esencial para desbloquear el verdadero potencial de la movilidad ferroviaria de alta velocidad en el continente. Mayores incentivos fiscales podrían atraer a inversores y operadores a aumentar sus contribuciones al desarrollo y mejora de las infraestructuras ferroviarias. La exención de impuestos, las deducciones o las subvenciones específicas podrían ser herramientas efectivas para estimular la inversión privada y pública en proyectos ferroviarios ambiciosos.
Europa ha llevado sin embargo algunas importantes iniciativas para fomentar la adopción del tren como medio de transporte, particularmente entre los viajeros de negocios: mejorando la experiencia del usuario y facilitando la reserva de billetes a través de plataformas en línea y aplicaciones móviles intuitivas.
El cambio modal hacia el ferrocarril, especialmente en el ámbito de los viajes de negocios, no solo implica mejoras en la infraestructura física y en la experiencia del usuario, sino también en la infraestructura digital. La creación de una experiencia de compra y gestión de billetes de primer nivel resulta crucial para atraer a un público que valora la eficiencia y la comodidad en sus desplazamientos. En este contexto, el tren no solo se convierte en un modo de transporte atractivo para los viajeros de ocio, sino que también se posiciona como una alternativa sólida y deseable para los viajeros de negocios.
Valentine Camusot es la nueva Directora General de Rail Europe en Europa- la compañía mundial de referencia para la reserva de trenes europeos, tanto para el sector de viajes y operadores ferroviarios como para el cliente final, en más de 70 países y desde hace 90 años. La Sra. Camusot será responsable de la ampliación de la oferta de soluciones de reserva para el sector turístico europeo, lo que refleja el compromiso de Rail Europe de hacer más accesibles los viajes en tren y satisfacer la creciente demanda de viajes respetuosos con el medio ambiente.
«Estamos emocionados de ser parte de esta increíble revolución en la movilidad europea», declara la Sra. Camusot. «Los trenes no solo son una forma de transporte, sino una promesa de sostenibilidad y responsabilidad ambiental. El compromiso de Europa con la inversión en infraestructura ferroviaria y la adopción de fuentes de energía renovable para alimentar nuestros trenes refleja una visión compartida de un continente más ecológico y eficiente en términos energéticos».
Valentine Camusot destaca también cómo el viaje en tren no solo representa una opción amigable con el medio ambiente, sino que también ofrece una experiencia única a los viajeros. «El tren ofrece una combinación excepcional de comodidad, velocidad y sostenibilidad. Viajar en tren no solo permite a los pasajeros contemplar impresionantes paisajes europeos, sino que también contribuye activamente a la reducción de las emisiones de carbono. Creemos que esta es la forma en que el transporte debe ser: eficiente, emocionante y respetuoso con el planeta».
Es fundamental facilitar la adopción del tren como una elección viable y atractiva. «Comprendemos las demandas únicas de los viajeros de negocios en términos de eficiencia y conectividad», comentó. «Es por eso que trabajamos arduamente en el desarrollo de herramientas
digitales intuitivas y procesos de reserva simplificados para que la experiencia de viaje en tren sea tan fluida como gratificante. Creemos firmemente que los trenes no solo están transformando la forma en que nos movemos, sino también cómo percibimos la movilidad sostenible».
Rail Europe, está comprometida a continuar innovando y colaborando con socios en toda Europa para hacer que los viajes en tren sean una experiencia atractiva y respetuosa con el medio ambiente para todos. Juntos, estamos creando una red de movilidad que enriquece nuestras vidas y protege nuestro planeta».
Por Valentine Camusot, directora general para Europa de Rail Europe
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