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ICEMD, el Instituto de Innovación de ESIC Business School, ha presentado el informe Innovation Series: “Fintech. Innovación en servicios financieros”. El estudio aborda las principales tendencias e innovaciones en servicios financieros, su impacto y qué iniciativas tecnológicas están dando respuesta a los nuevos retos.

Las Fintech ampliarán su impacto en el sistema financiero con nuevos modelos de negocio, según el informe desarrollado por ICEMD, el Instituto de Innovación de ESIC Business School. Clic para tuitear

El término Fintech nace de la unión de las palabras inglesas Finance y Technology y agrupa a todas aquellas empresas de servicios financieros que utilizan las últimas novedades en tecnología para ofrecer nuevos productos y servicios financieros.

El avance de la tecnología y los nuevos modelos de negocio y operativos desarrollados por las Fintech seguirán teniendo una importante repercusión en el sistema financiero en 2021.  Un gran reto al que tendrá que hacer frente el sector bancario, pues con la entrada de las Fintech se ha producido una disrupción en el negocio.  Al sistema financiero han llegado plataformas con una oferta integral de productos en competencia directa con la banca tradicional. Por un lado, destacan los ‘challenger banks’, entidades de crédito 100% digitales con licencia bancaria y, por otra parte, los llamados neobancos, que ofrecen servicios financieros tradicionales en asociación con los bancos tradicionales, a menudo mediante aplicaciones móviles.

Hay una carrera por los productos 100% digitales que permiten la menor intervención humana y la reducción de costes. En este sentido, cada vez más usuarios se muestran dispuestos a optar por un nuevo proveedor financiero que no sea una entidad bancaria tradicional, un 42%, según el Observatorio de digitalización financiera de Funcas.

El mundo de las Fintech ha simplificado la forma de invertir online para cualquier perfil de inversión. La transparencia en las operaciones realizadas y el uso de la tecnología más avanzada para asegurar la privacidad de los datos de los clientes suponen un cambio significativo para los mercados de capitales. Son gestores automatizados y online que, mediante algoritmos, proporcionan asesoramiento financiero y gestión online de carteras con una mínima intervención humana. Ofrecen menos costes de gestión y custodia y eliminan la toma de decisiones: es como tener un asesor 24/7.

El blockchain ha irrumpido en el sector financiero como nueva tecnología permitiendo que el usuario tome el control de sus datos y procesos y tenga seguridad en sus operaciones financieras. El objetivo es descentralizar los procesos y eliminar intermediarios para que estas operaciones tengan la mayor seguridad y privacidad posible.

Además, se observa una tendencia creciente de soluciones tecnológicas que ayudan a sus clientes a cumplir con la regulación. Su propuesta de valor se sustenta en las nuevas tecnologías como blockchain, cloud computing y big data, por lo que sus soluciones se diferencian en que son ágiles, flexibles y precisas.

Los nuevos bancos 100% digitales con licencia bancaria ofrecen servicios y productos bancarios atractivos para un público al que le gusta operar desde el móvil, sin necesidad de acercarse a una oficina a resolver sus trámites o dudas. También están surgiendo innovaciones que facilitan la automatización de la gestión financiera de las empresas. Estos softwares mejoran la experiencia de cliente e incrementan la eficiencia mediante la automatización de los procesos de negocio.

Para María Albalá, directora del Innovation Hub de ICEMD – Instituto de Innovación de ESIC, «el uso racional de las tecnologías puede ayudar al desarrollo del sector financiero, así como a que otros sectores puedan ofrecer a sus clientes servicios financieros que les ayuden en su propio modelo de negocio. Para no perderse en el océano de las tecnologías es importante tener muy claro el foco: qué quieres conseguir, qué valor percibe tu cliente y qué habilidades necesitas en tus equipos para sacar el máximo partido a estas herramientas”.

“En definitiva, las nuevas tecnologías son herramientas. Hay que evaluar y sopesar el coste-beneficio, tener definido qué queremos ofrecer y dónde podemos ganar una ventaja competitiva para poner el foco en la estrategia, ya que en este tipo de procesos existe el riesgo de sumergirse en la tecnología y verla como un fin en sí mismo”, añade Albalá.

Impacto del coronavirus en los nuevos servicios financieros

El covid-19 ha impactado duramente en el sector de fintech y en las startups. Produciendo, en muchos casos, un parón en la actividad de fundraising y dificultando su evolución. Pero este mismo hecho ha posibilitado que estas empresas, que por su naturaleza son muy rápidas en adaptarse al mercado, hayan mejorado sus procesos, reducido costes y mejorado su estructura organizativa para ser aún más competitivas.

Aceleración en la adopción de nuevas formas de trabajar y relacionarnos. Tanto internamente como con nuestros clientes, no es solo la tecnología, es sobre todo un mayor grado de colaboración, de empoderamiento y de conexión entre personas y equipos.

Retos y oportunidades para aprovechar la crisis. Aquellas empresas que durante estos años han desarrollado proyectos de orientación al cliente, de transformación digital, de escucha a cliente, de desarrollo de servicios más allá del propio producto que genera experiencias emocionales, encararon la pandemia con una ventaja competitiva y con la expectativa de crecimiento cercano.

Muchos proyectos Fintech a punto de despegar se han encontrado sin inversores y tendrán que aplazar su salida. El periodo de confinamiento y la recesión económica –hibernación de la economía y caída critica del turismo- va a tener un efecto dominó sobre el sistema financiero: aumento de la morosidad (por ERTE, ERE, incertidumbre…), reducción de ingresos, disminución en la demanda de financiación, estrechamiento de los márgenes de negocio…

Adaptación de los costes a la demanda. Dentro del mundo de la fintech se puede ver claramente como el efecto ha sido crítico, gracias a las nuevas tecnologías de la nube y modelos de pago por consumo, muchas de estas empresas han podido adaptar sus costes a la demanda. Otras más tradicionales, por el contrario, han sufrido efectos muy adversos.

Necesidad de reinventarse. Las empresas se han enfrentado a una nueva situación en la que la salud y seguridad de las personas era y es el eje crítico de atención. Adicionalmente, los directivos se han tenido que adaptar con velocidad a un entorno muy desconocido. En el sector de la banca la incertidumbre por la rentabilidad del negocio ya era creciente en los últimos años y la necesidad de ser creativos y reinventarse, fundamental.

Cambio en el consumidor

Aumento de la digitalización y del uso del móvil. En el área financiera, los bancos han continuado a acelerar más aún el cierre de oficinas, empujando la digitalización y el uso del canal móvil. Este hecho, incrementa notablemente la población que accede de forma móvil y digital a sus finanzas.

El consumidor ha cambiado su forma de interactuar con las empresas del sector. La mayoría de las incidencias, preguntas, etc. proceden del canal digital móvil y no de las llamadas al servicio de atención telefónica. Esto es un gran cambio en la forma de relacionarse los usuarios con las empresas, enviando sus dudas o problemas en el momento mismo que la tienen, y esperando una respuesta rápida. 

Los grandes bancos han experimentado un aumento de la mora entre sus clientes. Por un lado, ha habido un auge de necesidades tecnológicas, material tecnológico necesario para educación, laboral, y personal. Por otro lado, la población ha reducido su consumo debido al aumento del endeudamiento.

La tecnología ha permitido detectar y ajustarse a los cambios del consumidor para poder adaptarnos a sus necesidades. Las tecnologías de pago sin contacto y reducción del uso del dinero físico son otro de los efectos observados que continuarán en el próximo año. Es una corriente que probablemente favorezca el uso de la tarjeta en detrimento de la retirada de efectivo en los cajeros.

Avance hacia una sociedad cashless. La digitalización acelerada, forzada inicialmente, pero una vez adoptada, irreversible, ha provocado un aumento de la compra online, del ecommerce y el uso de aplicaciones móviles. Esto ha generado la disminución del uso de efectivo, provocando el avance hacia una sociedad sin dinero en efectivo.