A partir de 2024, Amazon venderá automóviles de Hyundai en Estados Unidos, según un acuerdo anunciado en el Salón del Automóvil de Los Ángeles. Por su parte, el fabricante surcoreano integrará en sus vehículos el conocido asistente digital Alexa, del gigante del comercio mundial.
De esta forma, Hyundai se convierte en la primera marca de automóviles que venderá vehículos nuevos en Amazon, convirtiéndose en una especie de concesionario online.
En concreto, la dinámica será la misma que con cualquier otro producto, aunque el paquete sea de grandes dimensiones. Los consumidores que decidan adquirir un vehículo de Hyundai a través de Amazon tendrán la opción de recogerlo en el concesionario o que el establecimiento se lo entregue a domicilio.
Además, como parte del acuerdo, Hyundai ha elegido a AWS, la unidad de Amazon dedicada a proporcionar servicios informáticos, como su «proveedor preferido en la nube» para «acelerar su transformación digital».
Hyundai señaló en un comunicado que el acuerdo con AWS hará que se convierta en «una organización más orientada a los datos con una estrategia tecnológica que primará la nube».
Integración de Alexa
Por otra parte, el acuerdo contempla la integración a partir de 2025 del asistente digital Alexa de Amazon en los vehículos de Hyundai. Esto permitirá que los ocupantes del vehículo, con mensajes de voz, puedan solicitar al asistente la reproducción de música, establecer recordatorios, controlar aparatos domésticos conectados al asistente digital u obtener información actualizada sobre el tráfico o las condiciones meteorológicas.
Ambas multinacionales celebran el acuerdo. El fabricante de vehículos cree que la asociación con Amazon «abre oportunidades increíbles» para el fabricante de automóviles. Por su parte, el consejero delegado de Amazon, Andy Jassy, afirmó que el acuerdo con Hyundai deberá hacer más fácil la adquisición de vehículos, así como simplificar el uso de Alexa en los vehículos lo que permitirá al fabricante surcoreano «transformar la experiencia de sus clientes».
Fuente: La Vanguardia
