La Unión Europea quiere poner cerco a la regulación del comercio electrónico dentro de los países comunitarios. El eCommerce ha demostrado las grandes posibilidades que ofrece, tanto para consumidores como para comerciantes, pero Europa quiere regular las transacciones para asegurar que no se menoscaben las leyes de la competencia.
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En este sentido la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, ha anunciado que reforzará el control de las prácticas anticompetitivas en el comercio electrónico.
El anuncio viene tras comprobar que algunas compañías restringen la capacidad de elección de los consumidores, evitando que bajen los precios en la venta online.
La Comisión Europea ha detectado, a través de un exhaustivo estudio, que las empresas utilizan a menudo programas de software para vigilar los precios de la competencia.
En concreto, la dirección general de Competencia calcula que el 53% de los distribuidores que han participado en la consulta monitorizan el precio online de sus competidores.
Siete de cada diez utilizan un programa de software para comprobar los precios de manera automática.
Bruselas teme que esa práctica «facilite o refuerce la colusión de precios entre los distribuidores» y «reduzca los incentivos para desviarse de los precios pactados«.
La investigación ha revisado unos 8.000 acuerdos de distribución y licencia de derechos y ha recabado la opinión de casi 1.900 empresas y organizaciones de toda la UE.
Doble consecuencia
Según Bruselas, la vigilancia de precios tiene una doble consecuencia.
Por un lado, permite al fabricante verificar si alguna tienda vende por debajo del precio recomendado y «adoptar represalias contra ellos«.
Por otro, el propio distribuidor puede elevar sus precios tan pronto como detectan que otro vende más caro.
Es decir, puede desencadenar una coordinación automática sobre los precios que al final, repercute sobre el consumidor.
La investigación también ha revelado que más de la mitad de los fabricantes aplican a sus distribuidores una doble tarifa mayorista en función del canal de venta, con precios más altos para el comercio electrónico y más bajo para las tiendas.
En este sentido, Bruselas advierte que esa doble tarifa, si se aplica a un mismo distribuidor, constituye una grave violación de las normas europeas de competencia.
El desarrollo del eCommerce también ha disparado el número de fabricantes que recurren a «sistemas selectivos de distribución«.
Más de la mitad de las compañías con acuerdos de distribución selectiva no permiten la venta de sus productos a distribuidores exclusivamente online.
Esas empresas exigen a sus distribuidores que dispongan de establecimiento físico, una obligación que, según Bruselas, «no parece tener ningún vínculo con los criterios de calidad«.
Y aunque esos acuerdos son legales, Bruselas sospecha que también se está abusando de ellos para penalizar la venta a través de Internet.
El objetivo de toda esta investigación, que Bruselas inició en mayo de 2015, es desarrollar un Mercado Único Digital.
Fuente Cinco Días