El informe de Standard & Poor’s Global Ratings titulado ‘La resiliencia de los minoristas europeos alimentarios ante los shocks operativos’ destaca que los principales distribuidores de alimentos en Europa han demostrado ser resistentes durante períodos de inflación, a pesar de enfrentar una reducción en sus márgenes de beneficio y volúmenes de ventas.
Este fenómeno se explica principalmente por la naturaleza de los productos que venden, mayormente no discrecionales, es decir, productos que la gente compra incluso en tiempos económicos difíciles. Además, estos distribuidores dependen en gran medida de cadenas de suministro locales.
Lukas Brockmann, analista de crédito de S&P, destaca que otros factores clave de esta resiliencia son la fuerte imagen de marca de estas empresas, su posición en el mercado y el crecimiento de las marcas blancas en los supermercados.
En concreto, el estudio señala que los márgenes de los resultados brutos de explotación (Ebitda) de los supermercados son más bajos en comparación con otros minoristas, con una mediana del 6,6% en 2023. Esto limita la revalorización de estas compañías, junto con la necesidad creciente de invertir en tiendas, expandir la red y mejorar la infraestructura informática y logística.
Aunque la generación de flujo de caja libre sigue siendo sólida en general, muchas empresas se enfrentan a limitaciones en el desapalancamiento debido a las expectativas de los accionistas sobre los dividendos y las recompras de acciones.
La consolidación del mercado continuará
Por otra parte, S&P anticipa que la consolidación del mercado continuará, pero a un ritmo más lento, ya que los distribuidores mejor capitalizados ya tienen cuotas de mercado significativas. Entre los quince minoristas de alimentos en Europa que S&P monitorea, cinco tienen grado de inversión ‘BBB-‘ o superior y son líderes en el mercado, como Ahold Delhaize, REWE Group, Carrefour, Tesco y ELO (Auchan).
Por su parte, las empresas con una presencia regional específica o especializadas en ciertas categorías, como alimentos congelados o frescos, tienden a tener calificaciones especulativas de grado «BB+» o inferiores.
Felix Scheuenstuhl, analista de crédito de S&P, destaca que la alta proporción de perspectivas estables, a pesar de la debilidad económica, demuestra la resistencia continua del sector.
Fuente: Food Retail